La educación y las pequeñas industrias cristianas

Economia Solidaria

altPoco sabemos de como operan económicamente las iglesias en general, y en Puerto Rico en particular. Muchas veces pensamos que se trata del cobro de la ofrenda o un diezmo y que con eso viven. Hay mucho de esto, sin lugar a dudas, no obstante la economía religiosa es un conjunto de actividades que le producen ingresos para sostener una multiplicidad de empleados e iniciativas.

En el caso de Puerto Rico, la educación ha sido uno de los baluartes sólidos de la iglesia. En particular, la larga tradición asociada a la educación se inicia con la Iglesia Católica, la cual desde el siglo 19 inició múltiples procesos educativos para las personas de escasos recursos y aquellos que de mejores recursos. Pero en particular, deseo pensar en el maestro Rafael Cordero, un afro-descendiente boricua, quien inició la primera escuela para personas de escasos recursos en la ciudad de San Juan, y en la cual participaban tanto niños y niñas blancos como negros. Se trató de una escuela mixta que el medio del difícil Siglo 19, era un asunto de adelanto cultural.

De igual forma durante el Siglo XX la Iglesia Católica ha promovido la educación primaria religiosa a través de cientos de escuelas católicas que operan a lo largo de todo Puerto Rico. Esto se le suma a por lo menos tres universidades de acreencia católica que operan en la isla, dos de ellas en los sitiales cuatro y cinco de las principales universidades de Puerto Rico. Me refiero a la Pontificia Universidad Católica de Puerto Rico (número cuatro en total de estudiantes y posiblemente número dos en calidad de ofrecimientos y estudiantes graduándose del sistema) y la Universidad del Sagrado Corazón (número cinco en cantidad de estudiantes y posiblemente número dos en ciertos programas académicos en el país).

De igual forma, las otras iglesias de la tradición judeo cristiana, se han concentrado en la oferta de servicios y algunas veces en la producción de bienes. Esto ha generado posibilidades de empleo y generar ingresos a dichas iglesias. En particular uno piensa en los servicios de alimentos, bienes raíces, radio y televisión, entre otras. En producción, se debe pensar en pequeños proyectos agrícolas, manufactura, y cooperativas de ahorro y crédito.

En fin, que las iglesias se han aprendido a sostener en Puerto Rico de distintas formas, las cuales no necesariamente tienen que ver con la predica dominical. Se trata de proyectos, algunos de ellos, muy lucrativos.