¿Deben las Iglesias compartir su riqueza?

Economia Solidaria

La relación entre Francisco I y la dictadura militar Argentina, es un asunto que me provoca malestar. Sobre todo que tanto las organizaciones de derechos humanos lo han denunciado por su aparente colaboración, como también lo han protegido algunos medios noticiosos que merecen nuestro respeto. Por lo cual, creo que este tema está aún por resolverse. Ahora bien, en lo cual coincido con este santo padre, miembro de la Compañía de Jesús (los llamados Jesuitas), y quien es admirado por su sencillez, es que es un santo padre pueblerino con pocas aspiraciones de riqueza.

El sentido de desprendimiento que tiene Francisco I suena bien. Ahora, la pregunta es que hacemos con la institución de la cual es él su máxima figura, y que representa el principal tenedor de bienes raíces del mundo. Suena presuntuoso, pero la iglesia Católica es la propietaria de bienes raíces que le permiten ofrecer sus servicios casi en cualquier esquina de los continentes donde es dominante (Europa, América y África). Entonces, ¿podríamos pensar que esa riqueza es socializable?

El meollo del asunto que hoy en el día de la crucifixión de Jesús deberíamos pensar en controlar menos bienes materiales y garantizar que las necesidades de cada cual estén cubiertas. Esto nos podría dar oportunidad para que cada cual que carezca de morada pueda tener acceso a los bienes que controla la iglesia Católica. Así las cosas, la riqueza de dicha iglesia, la cual se ha constituido a lo largo de muchos siglos, aunque entre el 1492 y 1900 se realizó en las Américas por virtud del colonialismo, podría encontrar hoy un punto de transformación. Este punto sería mucho más humano, generoso y sobre todo a tono con los tiempos que hoy nos quiere compartir Francisco I.

Que sea la iglesia Católica pionera en compartir su riqueza. Luego que vengan todas las otras iglesias judeocristianas, algunas de ellas, y en menos tiempo que la iglesia Católica, ya han acumulado cuantiosas fortunas.

Que en este Viernes Santo, dia de la muerte de Jesucristo, podamos todos pensar en compartir nuestra riqueza. Comencemos con las iglesias.