Quizás, unas de las frases más trilladas de estos últimos tiempos es que las cosas están malas. Tomando café en estos días, el propietario me comentaba de lo difícil que están las cosas y me invitaba a no abandonar mi trabajo para seguir mis sueños porque considera que cobro bien. Esta corta conversación hizo más real lo que ya es evidente: la sociedad vive en pesimismo y aferro a lo que tiene, mucho o poco, porque al menos tienen algo.
Por otro lado, lanzándose como al abismo, están los que ven más allá, que no se conforman en trabajar para los sueños y las riquezas de otros, sino que deciden vivir los propios. Un ejemplo de esto es Pirate’s Chest, la nueva tienda de “pop corn” en la calle Fortaleza, Viejo San Juan. Saly Méndez, propietaria, descubrió en un viaje a Estados Unidos que a Puerto Rico le faltaba y, realmente algo que gusta, era una tienda de “pop corn”. De ese momento en adelante ella y su familia comenzaron a jugar con la idea de una tienda de este producto y con el producto mismo. Comenzando con seis sabores el viernes de las fiestas de la calle San Sebastián, ya han alcanzado 25 sabores y mucha aceptación entre turistas y, sobretodo, los locales.
No sólo se limitan a jugar con “pop corn”, la familia Méndez también tiene el proyecto a largo plazo de convertir su espacio en uno familiar con actividades como lecturas de cuentos para los niños o performances para la familia. El enfoque principal de Saly es que su producto sea de primera calidad, con los mejores ingredientes y, que al mismo tiempo, sea un espacio que fomente la actividad familiar.
Es inspirador, como en medio de la llamada crisis económica mundial, todavía hay personas que se arriesgan por sus sueños. Comenzar un negocio no tiene la fórmula del éxito incluida, sin embargo, con muchas ganas y esfuerzo todo es posible.