MI NOVIA ES UNA COPIA

Creativo

altCompañeros, exploraba yo la idea de encontrar a una novia para casarme, cuando decidí un día entrar en la página cibernética de www.busconoviaparacasarme.com.Al .   Ahí comenzó el problema.  Siempre me dijeron mis padres que casarse era fácil, pero a mis 38 años comprendí lo complicado que era.  ¡Ah!, y una vez comencé a navegar por la línea cibernética, descubrí cómo todo se me hizo aún más difícil.

Lo primero fue descifrar que quería decir el Al del portal “Cupido te la encuentra” en la dirección antes mencionada.  Al, para América Latina, no fue un alivio, sino una complicación adicional, toda vez que siempre pensé que el valor uno (1) al lado de la letra a, tenía que ver con la calidad de la oferta.  Al pasar del tiempo descubrí otra cosa.

Esto de entrar a una página cibernética es en sí mismo un proyecto.  Hay que cumplir con unas reglas que uno no establece, y luego comenzar un largo procedimiento de selección preliminar y más que nada de entendimiento si la seleccionada es o no compatible con uno. Y luego de todo ésto, hay que apostar a la suerte, pues nada garantiza que el amor florezca y que sea una relación prolongada.

Créanme que  no tenía nada que perder en esta ocasión.  Luego de varios intentos en la vida real, ¿por qué no intentar en la vida virtual?  Allí a lo mejor sería afortunado.

Entender que Al significaba América Latina en parte me agradó pues delimitó el universo de mis posibilidades.  Nada personal contra otros continentes y candidatas. Lo cierto es que las posibilidades de hablar el mismo idioma mejoraban mis oportunidades.  Aunque debo aclarar, como comprendí más tarde en este complejo proceso de casarme, que en este continente hay una larga tradición de productos pirateados, lo cual también incluye a las novias-futuras esposas.

Como  un buen jíbaro de la montaña, mis opciones estaban un tanto limitadas una vez más a mis conocimientos. Así que conocía de México, Argentina, Venezuela, Colombia, y Panamá.  Pero ahí terminaban mis posibilidades.  Entonces, una vez veo la lista, y me encuentro con Ecuador, Perú, Bolivia, Guatemala, Chile, y otros países para mí un tanto desconocidos, decidí reducir la selección estableciendo algún método de búsqueda.

Pensé entonces en mis nombres y apellidos. Pedro Antonio Pérez Irizarry, y según me conocen ustedes, a mí me dicen Papi.  Esto me dejaba con dos posibilidades: Perú y Argentina.  Lo cual me daba  un margen muy limitado. Así que incorporé el nombre de mi madre, María, lo cual me permitió incluir a México.  Luego pensé en el nombre de mi padre, Ernesto, y ésto me permitió incorporar a Ecuador.

De esta forma mi búsqueda se limitaba a Argentina, Ecuador, México y Perú.  Así que fui a la sección de búsqueda en la página de este servicio titulada “Cupido te la encuentra”,   y  seleccioné el primer país y me topé con el primer problema:

Aviso – debe proveer el número de su tarjeta de crédito pues debe cumplir con una tarifa inicial de $49.99 USD para iniciar el proceso. La Gerencia.

Lo interesante es que el proceso requería que diera mis datos, desde mi nombre, mi dirección de correo electrónico, mi contraseña y sobre todo los detalles de mi tarjeta de crédito.  Cumplí cabalmente con todo, dado mi interés de tener una novia y aspirar a casarme.  Aunque, por habérseme afectado el crédito durante los tiempos de la recesión económica, había cancelado mi tarjeta de crédito.   Pero, y  rápido de mente, llamé a mi madre  y le expliqué la situación, lo imperioso de conseguir con quien casarme, y sobre todo la gran oportunidad que el continente americano, y en particular la tierra de Bolívar, me ofrecía. Así las cosas, mi madre, María Irizarry de Pérez, me dio la numeración de su tarjeta Visa, con los cuatro dígitos de seguridad (1111) y procedí a iniciar el proceso – finalmente  pensé que comenzaría el camino de la felicidad.  Aunque mi madre me limitó el crédito a $500.00 USD.

Pagué el importe y comencé mi búsqueda por orden alfabético explorando inicialmente a las Anas, luego a las Beatrices, y cuando iba por las Cármenes, surgió un informe en el ordenador que me indicaba que luego de 30 minutos, se requería un pago complementario de $5.95 USD por cada media hora adicional. El informe leía de esta forma:

Aviso- Reconocemos su interés en encontrar una novia y contraer             nupcias matrimoniales.  No obstante, el proceso requiere que usted       participe positivamente en la búsqueda.  No por explorar mucho,           aparecerá una mejor candidata.  Todas nuestras candidatas son de la       mejor calidad posible. Esto requiere que sea usted el que le de una            oportunidad a una   joven, sin exigencias no aceptables para nuestra           prestigiosa firma de búsqueda del Amor. Por lo tanto, el importe que se le         cobra para continuar es una pequeña penalidad para que usted sea          menos exigente y más generoso en sus opciones.  La Gerencia.

Me quedé sin respiración en ese momento.  En el mejor momento cuando disfrutaba de las posibilidades de una Carmen Panetti de Buenos Aires, me cortan la comunicación.  Decidí darle gabela a la tarjeta de Doña María nuevamente, y compré media hora adicional.  Con el lamentable suceso que al volver al mismo país y a la misma letra, apareció un aviso que decía:

Aviso - Página en construcción.  Lamentamos los inconvenientes causados. Estaremos próximamente ofreciendo un mejor servicio. La            Gerencia.

No tengo novia aún, y la conversación ya iba costando $55.94 USD.  Es decir, como todo  en la vida: nada es gratis; todo cuesta. Pero desconsolado porque no había encontrado a la Carmen de mi agrado.  Decidí dar por terminada la búsqueda en Argentina. Al final, y luego del gasto inicial, seguía sin novia y sin posibilidad de casarme.

La frustración fue tal, que recurrí a mi terapista.  Esa pertinente ayudante de mis emociones, la Srta. Wren, quien a lo largo de los últimos 15 años de mi vida siempre me había acompañado en los momentos más difíciles.  Y este sin lugar era uno de ellos.  Así que entrado en la terapia, le cuento a mi psicóloga, que mi situación se había complicado, pues visto el anuncio en un periódico de salud mental local, pensaba que todo en relación al portal de Cupido era genuino. No obstante, comencé a pensar que se trataba de un acto de conspiración el cual lo que intentaba hacer era sacarme par de pesos.

Al terminar la sesión con mi terapista, y salir satisfecho que mi nueva encomienda emocional me llevaba por el buen camino, procedí a reintegrarme con mi deber para conmigo mismo de encontrar la novia tan deseada, y lograr cumplir con un asunto tan importante como mi boda.  Entonces, al entrar en la página del servidor de http://www.buscounanoviaparacasarme.com.al/ www.busconoviaparacasarme.com.Al , descubro un nuevo aviso que me deja sin respiración una vez más. Este leía:

Aviso- Su cuenta ha sido declarada no valida por nuestra Gerencia.  Todo indica que sus intenciones no son las correctas.  Usted ha provocado una crisis en nuestro sistema por vía de sus preguntas repetidas, las cuales llegaron a nuestro servidor, hasta que la situación fue controlada por medio de censurar su cuenta.  Usted nos envío  un millón de mensajes, lo cual constituye para nosotros un ataque terrorista contra el paraíso del Amor – la tierra de Cupido.  Sra. María Irizarry de Pérez, usted ha saboteado nuestro nombre y nuestro servicio, por lo cual la desahuciamos de participar nuevamente.  La Gerencia.


La situación se tornaba cada vez más  insólita. Por un lado, con interés de participar, y por otro lado con situaciones bastante extrañas en cada momento que interaccionaba por este medio.  Si mis panas, yo sé que debí haberle puesto el anti-virus a la computadora  y eliminar aquel virus Trojano que me tenía loco y que multiplicaba los envíos sin parar. Pero ya eso es historia.

Cuando procedía a explorar cómo resolver el asunto, suena entonces mi celular.  El cántico de Las Mañanitas, clásico de la música mariachi, me recuerda que se trata de mi madre, Doña María.  “Hijo, ¿cómo vas? ¿Conseguiste la novia?”  La vida te da sorpresas, y realmente no sabía cómo explicarle a mi madre, que su nombre y su tarjeta, como de costumbre, sin autorización total, estaban siendo utilizadas para un propósito bueno, aunque no sancionado por ella – continuar con una búsqueda que aún no terminaba.  “Nada madre, aún con pocas novedades.  Está difícil la cosa. ¡Ninguna compagina aún conmigo!  No te preocupes que aún no he utilizado tu tarjeta”, le respondí y le indiqué que tenía que volver pronto a mi tarea de encontrar una novia para casarme.

Superada mi madre, entonces procedí a leer un número telefónico con prefijos de los EE.UU, que indicaban que la llamada iba dirigida a Miami, Florida.  Procedí a llamar con prontitud y salió una voz varonil, con fuerte acento cubano, que repetía un mensaje continuo y sin detenerse:

Gracias por llamar a Cupido te la encuentra.  Servicios especializados de su página cibernética www.buscounanoviaparacasarme.com .  Si tiene una queja,  favor de depositar la cantidad de $24.99 USD.  Si tiene un comentario de nuestros servicios, favor de depositar la cantidad de $14.99 USD.  Si se siente solo, entonces habremos de indicarle a los 10 minutos de iniciada la conversación si se le cobra un porciento o la totalidad de la tarifa de ayuda emocional, la cual está en $59.99 USD.  Si llama para charlar, o para cualquiera de las opciones anteriores, favor de dejar el número de su tarjeta; en el caso de que sólo desee charlar,  luego le indicaremos cual fue el valor de su comunicación, lo cual le será facturado en el plazo de 10 días laborales. La Gerencia.


No lo pensé dos veces, y procedí nuevamente a dar toda la información pertinente de mí  y de la tarjeta de crédito de mi madre, y pagué un total de $24.99 USD.  Me quedé esperando por una contestación inmediata y no aparecía nada en mi mensajería de correos electrónicos. Al rato, como pasados 20 minutos, apareció un mensaje muy escueto que  indicaba que mi servicio había sido restablecido.

Entonces, superada la conversación, decido proceder con México.  El nombre de mi madre podría traerme buena suerte.  Así que comencé todo el proceedimiento de cobro por México.  Con la seguridad de que ya había pagado las novatadas del día anterior, empiezo a ver unas señales extrañas en la pantalla de mi monitor, y me quedo asombrado.  No había candidatas mexicanas.  Se trataba de candidatos mexicanos.

Joder.  Sin querer había apretado la tecla en el buscador rápido al primer cupido que apareció, y éste se llamaba distinto al que venía utilizando. Este era “Cupido te envía un flechazo”. Lo problemático es que este servicio costaba $69.99 USD, y por razones de mi vida, que no cotejo tanto los asuntos, también lo había pagado.  Lo peor es que  no tenía un dispositivo de cancelación.  Y como mi madre no podía saber de este asunto, pues me quedé con el encuentro y el flechazo de Cupido.

Vuelvo, metódicamente a la página concernida, donde me puedo encontrar con mi novia para casarme.  Entonces, pago nuevamente el importe, por ser México, con un población varias veces mayor que la de Argentina, el propio portal me indica que hay un descuento, para un valor total de $9.99 USD.  Como ya había explorado las primeras tres letras en el caso de Argentina, decidí comenzar con la M, la N y la O.  El pequeño problema es que habían 14.5 millones de Marías en la oferta mexicana.  Así, que como una persona metodológica, decidí de explorar sólo a una María cada un millón de nombres.  Tenía entonces la oportunidad sobre 14 posibilidades.

Al cabo de la exploración, decidí que ninguna de las Marías me servía.  Todas eran católicas, todas deseaban que el hombre de su vida llegara, y todas habían vivido en un tipo de penitencia a lo largo de 45 años, que era la edad promedio de ellas.  Pensé que ésto no era lo que me interesaba. Ni bailaban salsa, ni decían cómo les gustaba compartir los fines de semana; y sobre todo no decian si les gustaba hacer eso en la cama.  Nada, es una mirada de mis necesidades, pero no las hacían para mi.

Me vuelvo a frustrar, y vuelvo a ver a la Srta. Wren, mi terapista.  Luego de 15 años de terapia ininterrumpida, una vez por semana, y en tiempos de crisis, dos veces por semana, llegamos a la conclusión que me convenía darle un receso a la búsqueda.   Asi que me tomé 10 días de descanso de la búsqueda.

Sin lugar a dudas, descansar me pemirtió enforcarme mejor en mi vida emocional y entender la importancia de esta mujer.  También me permitió separarme de los nuevos problemas y vicisitudes que la vida cibernética me habían causado. Si ya en el mundo real tenía yo problemas, qué sería del mundo virtual, donde todo acceso era siempre controlado por una tarjeta de crédito y el valor.

Estaba yo en mi séptimo día de descanso, cuando de pronto suena el teléfono.  Extraño, pues realmente a mi casa nadie llama. Sólo mi madre cuando se acuerda de mí, o que le debo dinero.  Amistades no tengo, y las pocas que tengo son ustedes,  las del bar local Te veo en la esquina.  El cual, como saben, me queda literalmetne  en la esquina de mi casa y a ustedes los veo todas las noches y no hay razón de que me llamen. Pues luego de tres campaneos, decido tomar el auricular.

-          Hello, es Papi el que habla.

-          Sí, es el Sr. Váldez, Elpidio Váldez, de www.buscounanoviaparacasarme.com y sus páginas de servicios Cúpido te la encuentra y Cúpido te envia un flechazo.

-          Sí…,  contesto ahora con un poco de temor sin saber de qué trata esta llamada.

-          Nos comunicamos con usted, Papi, dado que recibimos una llamada de este número telefónico en relación a sus pagos, que aparecen a nombre de una tal María Irizarry de Pérez, la cual sin lugar a dudas no es usted, y queremos informarle dos asuntos.

-          Mire, perdone que le interrumpa, la tal no es tal, es mi mamá - le contesto con mucha seguridad. Y si necesitan su autorizacion la consiguen en el 558-2030, el teléfono de su casa - le contesté ahora con mucha tranquilidad.

-          No.  Le pido que no me interrumpa. Que eso es parte del problema. Su vida privada, y si a usted le dicen Papi y ella es su Mami, eso es asunto de ustedes. Lo que deseo que sepa, para que lo resuelva en este mismo momento, es que tiene una deuda con nosotros de $135.92 USD, más $15.00 por pago no honrado, más $20.00 por esta llamada de seguimiento, más $25.00 por cargos de servicios internacionales, más los impuestos locales, estatales y federales, los cuales son el 24% de esta transacción.  En total suma esto a $242.94 USD, los cuales deben ser pagados en este preciso momento. Oye, ¿me entiendes, consorte?

No supe que hacer.  Sobre todo con esa nota tan de calle cubana, que me daba miedo viniendo de Miami. En el acto le colgué al Sr. Elpidio Váldez y me metí literalmente debajo de la cama.  Estaba aterrorizado.  Pensaba que ahora Cupido vendría realmente en mi búsqueda.  Enviarían a uno de esos cupidos que vi en el portal a darme un flechazo.  Temblaba del miedo.  De repente todo era silencio en mi casa, cuando volvió a sonar el teléfono.  No salí de mi escondite en la cama. Me quedé ahí.  Sonó una vez y terminó. Volvió a sonar.  Silencio.  Volvió a sonar. Silencio prolongado como de 30 minutos.  Volvió a sonar.  Pensé que estaba seguro ahora. Sabía que sería mi madre.

-          ¿Papi, eres tú?

-          Si, quién habla- contesté con cierta seguridad.

-          Es tu Papá.

-          Ah  Padre, como le puedo ayudar.

-          Fíjate Papi, tenemos un problema muy serio.

Temblé en ese momento. Pensé que Elpidio Váldez había llamado a mi padre para darle una queja de mí.  Estaba abochornado.

-          Sí padre, ¿cómo le puedo ayudar? - Volví a contestar ahora con cierto aplomo y mayor seguridad. A lo hecho pecho, pensé.

-          Es acerca de tu madre - me contestó y respiré con un poco de mayor calma.

-          Sí, qué le pasó, ¿está bien?

-          Pues resulta que anda en malos pasos.

-          ¿Cómo padre? Si mi madre tiene apenas 72 años, y camina de lo más bien.

-          Pues fíjate que no. Tu madre, y tengo la prueba, al pasar del tiempo se ha hecho promiscua.

-          ¿Cómo padre? ¿Qué evidencias tienes de ella?

-          Te cuento, hoy recibí el estado de cuenta de la tarjeta de crédito, y sabes qué, anda buscando con quién casarse, nuevamente.  Tanto mujeres como hombres.

-          No puede ser padre, mi madre no haría algo semejante.

-          Pues sí, te cuento. Hoy llamó un señor Váldez, pidiendo que ella pagara lo que debe. Dice que yo  también he participado, a lo cual le indiqué que era imposible. Y peor aún, me dice que ella le gusta tanto el Cupido de los encuentros como el de los flechazos.

-          Padre, esto es una barbaridad.  Padre, creo que debemos cuidar a mi madre y darle tratamiento.  Pero en el proceso, cierra esa cuenta con el tal Váldez, para que no se entere nadie. ¿Te parece?

-          Pues no sé pues este Váldez me vino con una historia loquísima.  Me dijo que a él le importa un coño si entre tu madre y yo nos decimos Papi y Mami.  En fin, el cubano ese me hablaba unas estupideces que ni lo entendí. Al final terminé la llamada abruptamente.

-          Muy bien hecho Padre, así es que se le habla a una persona de Miami.

-          Gracias hijo. Tu sabiduría de la vida me encanta.  Es una pena que aún no te hayas casado y que no nos des un nieto para continuar con tu sabiduría.

-          Padre, pronto. Muy pronto esto se habrá de resolver.  Hablamos luego… Adiós.

Esos son los pequeños detalles de la vida que se me olvidan. Le había pedido permiso a mi madre, pero es mi padre el que paga. Pasado el cierre del mes, y luego de los primeros días del próximo mes, llega la cuenta y mi padre es quien la paga. Y ahora entre él y Váldez se confunden y se me acaba el guiso y la oportunidad de poderme casar.

Por lo tanto, decidí apretar el paso e intentar resolver esto con rapidez. Decidí limitar la búsqueda a uno de los dos países restantes. Entonces, llamé a la Srta. Wren, quien a sus 53 años, y a pesar de no haberse casado, sí comprendía bien el arte de la vida de pareja y el matrimonio.  Era tan atinada como el Padre Alberto en sus consejos televisivos.  Mi terapista me recomendó que entre Ecuador y Perú, me fuera por Ecuador – por ninguna razón en particular que no fuera el fútbol. Sí, porque aunque no lo diga en público, la Srta. Wren es una hincha del Ecuador.

Hermanos, esto  ha sido de película. Y sé que ustedes han sido la única gente aquí en el bar Te veo en la esquina, que me han sabido apoyar sin miramientos ni prejuicios.  Pues saben que cuando entré a la página de Ecuador, confronté el primer problema que por ser un país ahora socialista, era mucho más caro hacer negocio con el mismo. Me cobraron $199.99. Entonces, desesperadamente me inventé una fórmula: apreté la tecla de mostrar candidatas y la mantuve sostenida hasta que mi impulso vital me dijo otra cosa.  Pues así como lo oyen, cuando se detuvo mi dedo, íbamos por la candidata 248,845 de Ecuador. Mi novia casi esposa se llama Hortensia Gimena López de la Mar.  Sí, como lo oyen, con nombre caribeño y todo.

Tratando de no exceder a la fracción de 30 minutos extras, y con el teléfono sonando sin parar, una persona tocando a mi puerta, sin haber anunciado previamente su visita, decidí pulsar la tecla que decía “oferta de matrimonio”.  Al pulsarla me topé con un anuncio que es el que nos trajo aquí al día de hoy.

Aviso- Gracias por haber seleccionado a una de nuestras 849,234 candidatas del Ecuador.  Le agradecemos mucho su interés.  Hortensia       Gimena es una gran persona.  Ahora bien, y dado los problemas     financiaros y de visa que la misma puede confrontar para entrar a su         país, le ofrecemos dos opciones: por el módico valor de $9,999.99 le            podemos enviar a su novia-casi-esposa, en original.  Aunque por  el bajo            precio de $99.99, le podemos enviar un facsímil de su novia-casi-esposa, en plástico inflable con una grabación base que dice “Papi te quiero         mucho.  Yo soy tuya, Papi”.  Favor de pulsar el 1 para la primera opción y     el 2 para la segunda opción.  Una vez más gracias por su interés en            contribuir al desarrollo del amor. La Gerencia.

Pues mis queridos amigos, incondicionales hermanos todos, y sobre todo mi nueva familia. A nombre de la nueva unión matrimonial Pérez-López, les queremos dar las gracias y sobre todo enfatizar que son ustedes nuestra familia pues nos han sabido acoger sin prejuicio ni rechazo alguno.  En este momento tan hermoso para Gimena y yo,  aunque ella  no pueda expresar mucho más allá de que me quiere y que es mía, les pido que suban sus latas de cerveza y brindemos por nuestro amor eterno.

Y sí, este es el día más feliz de mi vida.