Llevo unos años preguntándome si las Justas Intercolegiales que se habrán de celebrar en la ciudad de Ponce, Puerto Rico, podrían darse sin los auspiciadores, los cuales son fundamentalmente cadenas cerveceras. Esta interrogante me provoca continuamente, pues a veces uno piensa que las Justas Intercolegiales que agrupa el evento deportivo más grande del país, no existirían sin el apoyo de estas empresas. Lo interesante es que cerveza, deporte y diversión se confunden. Todo subsidiado a fin de cuentas por el estado, que debe correr con las consecuencias de esta convocatoria.
Lo anterior lo planteo toda vez que las Justas, las cuales se organizan a partir del 14 de abril hasta el 21 de abril requieren de una gran inversión por parte del estado, en organizar la ciudad para recibir a sobre 50 mil personas; incrementar los servicios de seguridad (sobre 1,250 efectivos de la policía se movilizan para esta actividad); y por otro lado un incremento natural en los servicios de salud e higiene disponibles para atender todas las eventualidades y necesidades de los visitantes. Todo esto pasa, sin las cerveceras aportar un solo centavo a las arcas del gobierno municipal o central, para este evento deportivo.
Lo interesante es que la actividad mantiene una serie de tarimas y eventos nocturnos los cuales llevan al cierre parcial de la ciudad ponceña. Más aún, se establece un sistema de cierre-acceso controlado en las calles de acceso al pueblo, lo cual requiere que los jóvenes muestren sus pertenencias y credenciales antes de poder entrar. Este servicio de “militarización urbana” se hace libre de costos a las cerveceras, las cuales habrán de vender su producto en la zona protegida.
Es curioso pero el gobierno municipal de Ponce alega que esta edición de las Justas Intercolegiales habrá de recibir una cantidad mayor de participantes. No sabemos como establecieron dicha conclusión, pero así lo indican. Por otro lado, alegan que esta edición habrá de generar sobre 6.5 millones de dólares a la economía local. Lo cierto es que investigando el directorio de fundaciones de Puerto Rico, organizado en el año 2010 por la Fundación Flamboyán, vemos que ninguna de las principales casas cerveceras tiene a su haber una fundación para promocionar un bien común.
Es decir, el gobierno municipal y estatal subsidian las Justas Intercolegiales; le garantizan a las casas cerveceras una venta perfecta de sus productos; y las casas cerveceras no re-invierten nada de su ganancia en el bien común nacional. En otras palabras, las Justas Intercolegiales son un negocio perfecto para unos, sin beneficio para otros.