Como salí del closet- un relato peculiar

Cartas de un(a) Antillano(a)
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Nuestro amigo Josue de La Rosa, el autor de la famosa Carta Abierta a Una Apostol nos comparte su historia de como salio del closet a sus padres, de una manera muy peculiar y con un mensaje que todos deberían comprender.

A continuación su escrito:

Cuando les dije a mis padres que soy gay, lo hice en la Terraza de Plaza. Es el lugar ideal para evitar reacciones escandalosas, o para hacer tremendo papelón.

Fue a la hora de almuerzo. Salí de la oficina y me encontré con ellos allí. Poco sospechaban que les tenía un plato fuerte de digerir.

Cuando les informé que era gay, mi padre confundido preguntó ¿No te gustan las mujeres?...pero si no te gustan las mujeres, ¿Qué? "Ehhhh, pues me gustan los hombres papi, contesté.

El se ponía las manos en la cabeza y mi madre, tratando de asumir el papel de "good cop", cosa que le queda fatal, me agarraba la mano como para darme apoyo, aunque cuando abrió la boca, la cagó más que papi.

¿Y desde cuando sabes eso? Me pregunto ella. ¿Porqué no nos dijiste esto antes? Estas cosas con tiempo tienen remedio...

Desde siempre, le contesté, y sí, estas cosas a tiempo tienen remedio, lo que pasa es que tu no crees en el aborto y ya estamos un poco tarde para eso.

En ese momento les dejé saber que no estaba pidiendo permiso o aprobación, sino que ellos eran demasiado importantes en mi vida como para no compartir eso con ellos. Acto seguido empecé a hablarles de mi pareja.

Este es el hombre que van a odiar, les dije en broma, mientras sacaba la foto. Yo no odio a nadie, contesto mi madre. Mejor aún, le conteste, a la vez que le preguntaba si mi pareja le parecía guapo.

Yo no se nada de eso, me dijo, mirando la foto de reojo. Bueno mija, si tu no sabes si un hombre es guapo o no, ¿Quién lo va a saber?. No me digas que eres lesbiana, le dije, mientras me reía.

Se le asomó una sonrisa en los labios que disimuló de inmediato mientras me decía, Josue Rafael, respeta a tu madre.

Ya era hora de irnos y como mi madre siempre le ha tenido fobia a los "escalators" le dije sarcásticamente, vamos a bajar por las escaleras regulares del estacionamiento para evitarte el trauma de los "escalators"... Ella me miró y casi riéndose me contestó que después de lo que les había dicho, el "escalator" era lo de menos.

Llegamos al estacionamiento, mi padre me dió un beso y un abrazo y me dijo, hijo te amo. Mi madre hizo lo mismo.

Claro que no se fueron celebrando. Debió ser un largo viaje de regreso para ellos, pero ese era un asunto con el que tenían que bregar ellos, yo bregué con el mío, con mi verdad.

Ese fin de semana papi me llamó para invitarnos a almorzar a la casa. Mi pareja y yo pensamos que era demasiado pronto para eso y decidimos hacer la visita en otro momento. A pesar de que ya no estoy con esa pareja, mis padres le tienen un cariño especial, casi como de un hijo.

Lo importante a la hora de salir del closet, es hacerlo con seguridad, sin pedir perdones, porque no son necesarios y sobre todo, dejando claro que usted no está pidiendo permiso para vivir su vida y ser quien es.

Recuerde que en todo caso, usted le está dando el privilegio a los demás de conocerlo exactamente como es.

 

p.s.

A raíz del status donde compartí la historia de cómo salí del "closet", he recibido gran cantidad de mensajes.

Algunos, de gente que se rió mucho con mi historia, otros de gente que lloraron y otros tantos, de personas que se encuentran en esa encrucijada en este momento.

Entre las razones para no dar el paso, algunos hablaban del miedo a hacer sufrir a sus familiares, o el temor al rechazo.

A ellos les digo lo siguiente:

Siempre habrá alguna excusa para posponer el anuncio. Parte del problema es que en vez de verlo como un regalo, como una muestra de nuestro amor y honestidad hacia nuestra familia, lo vemos como una carga.

Si es cierto que alguna gente malagradecida se molesta hasta con los regalos, no es menos cierto que la verdad pesa menos que la mentira y livianitos vivimos mejor.

Valore su vida y su felicidad tanto como la de su familia, pero nunca menos.