Luis, te nos adelantaste en el viaje sin regreso que es la muerte.

Cartas de un(a) Antillano(a)
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Tenías mucho que hacer aún, pero la muerte, que ni avisa ni se compadece, te arrancó prematuramente de la vida. No hubo tiempo para prepararnos para tu ausencia.

Tu visión y tus acciones decididas para sacar a Puerto Rico de la colonia, apenas comenzaban a dar frutos. La Alianza pro Libre Asociación Soberana (ALAS), hija de tu pensamiento preclaro, se agenció, en el duro camino de la gestión política, medio millón de votos para la libre asociación soberana, en el plebiscito del pasado mes de noviembre. Y fue que te entregaste a tu misión educadora sobre la descolonización de la Isla, con una pasión genuina y contagiosa.

Con muy poco dinero y una voluntad inquebrantable, le diste cohesión a un movimiento civil soberanista que comenzó a existir como una idea iluminada en los recovecos de tu refinado intelecto. ¡Qué mucho hubieras sido capaz de lograr con un poco más de tiempo!

Amigo entrañable del alma, en tus últimos años te reencontraste con tu ideal político; con la Universidad; con tu profesión de abogado; con tus amigos de toda una vida. Fueron años de luchas, de reuniones, de alianzas inspiradas en la visión de un Puerto Rico soberano. Dejas un legado insondable para el País cuyos mejores frutos se verán en los próximos años. Pero también dejas un espacio vacío que nadie podrá llenar y una semilla sembrada en tierra fértil. Nos corresponde mantener tu memoria y tu legado vivo, cultivando tenazmente, la semilla que se queda sembrada en la tierra que te vio nacer y ahora te recoge en sus brazos. Te prometo que el ideal, no morirá contigo.

Hasta siempre, Luis.

Ángeles Molina Iturrondo

Miembro de la Junta Directiva de ALAS y catedrática de la UPR