Es tan curioso, pero en algunos momentos hemos sabido utilizar la desobediencia civil como forma de expresión política en Puerto Rico en temas que entendemos nos unen.
Es curioso pero nos vincula en este momento a todos y todas la necesidad de resolver la situación del estatus. Pues entonces sería adecuado pensar políticamente la situación: hagamos desobediencia civil que impulse una negociación con el Congreso y fuerce a estos a llevar a cabo lo que le pedimos: una asamblea constituyente de estatus y luego un plebiscito para ratificar o no lo acordado por medio de la asamblea.
Pienso que un acto interesante de desobediencia civil podría ser bajar la bandera de los EE.UU allí donde se encuentre una izada. Es decir, a todas las fuerzas sociales y políticas hoy en Puerto Rico, la bandera es representativa de algo. Si se baja la bandera, también se representa algo: la ausencia de comodidad con el estatus actual.
Pensemos en nuevas formas de protestar. Lo que no podemos tolerar es que los EE.UU nos sigan dejando a la espera de cuando ellos habrán de tomar la iniciativa para resolver nuestro estatus colonial y territorial. Podríamos nosotros, pacíficamente y de forma no obediente, forzarlos a actuar. ¡Levántante!