Los días pasan…. ¿Cómo nos va?

Política

Dice el afamado cantante del género salsa, Gilberto Santa Rosa, “los días pasan”.  Creo que la canción continua explicando que “y yo me siento feliz”.  Tal vez me confundo, lo cierto es que se trata de una canción popular que fue un éxito.  Así las cosas, la vida en Puerto Rico ha continuado, cada cual ha ido haciendo sus ajustes y en las áreas en las cuales aún contamos con el apoyo del gobierno federal, la vida ha continuado. 

altNada se ha detenido en dichas áreas (por ejemplo, los programas de cuido de niños y niñas llamados Head Star, continúan ofreciendo sus servicios), donde el gobierno federal determinó que son de necesidad imprescindible, por lo cual hay que mantener dicho servicios.

Pero en otras áreas, donde el gobierno federal ha determinado que se trata de servicios o gestiones no imprescindibles, en esas se puede dejar suspendido de forma temporal la oferta de dicho gobierno.  Ya sabemos que bajo esta premisa, la principal atracción turística de Puerto Rico, el Castillo del San Felipe del Morro, ha permanecido cerrado por espacio de 10 días. El presidente Barak Obama anda insistiendo, todos los días, de que hay que negociar, inclusive alegando que está dispuesto a llevar a cabo compromisos con su contra parte en la Cámara de Representantes, John Boehner, el líder republicano, para alcanzar algún tipo de acuerdo.

Ahora bien, mientras la metrópoli negocia soluciones a sus problemas económicos, como le va a Puerto Rico.  Nos reiteramos, les sigue yendo igual a los que vivimos en esta hermosa isla.  Nada, realmente hablando, ha cambiado de forma dramática.  Algunos argumentaran que esto es así, pues lo único inactivo son los servicios no imprescindibles.  No obstante, toda la conversación se debe reducir a un cuestionamiento distinto: ¿Cuánto, realmente hablando, dependemos de los federales?

La contestación a la pregunta anterior, debe hacerse de forma fragmentada: ¿En qué áreas aún dependemos absolutamente de fondos federales y en cuáles áreas somos realmente hablando autosuficientes?  Si vemos esta pregunta de dos maneras comprenderemos que nuestra relación con los federales, más allá del valor simbólico (el poder metropolitano por sobre 100 años), realmente no es tan fuerte.

Algo de esto hay en el hecho de que se rompió un tubo del agua, y nosotros lo reparamos.  Que hay un encuentro de escritores y escritoras en el país, y nosotros los invitamos.  Lejos de cantar nuestra inhabilidad para sobrevivir sin los federales, comencemos a preguntarnos, de forma seria y consciente, al pasar de los días, si realmente los necesitamos.