1 año o 12 años: ¡Ser esclavo es horrible!

Cine caribe

alt12 years a slave (Dir. Steve MacQueen, Reino Unido, 2013), se trata de una de las películas más deprimentes que jamás haya visto. No es posible verla y luego continuar viviendo de forma alegre. Usted la ve, y como un carimbo depositado en sus glúteos u omoplato, el dolor y la memoria se quedan impregnados en su horizonte de vida. De forma eterna, no se olvide, de forma eterna.

La película versa sobre la vida del negro liberto Solomon Northup, quien vivía junto a su familia, también negra, en la ciudad de Nueva York. Año 1841 antes de la Guerra de Secesión. La película nos vende la idea de que la vida de los Northup era una normal, como cualquier familia en el Siglo 19, ante una ciudad liberal que los incluía sin excluirlos por su condición racial diferenciada. Entonces, unos mercaderes de las artes lo invitan a Washington para unirse a un circo y trabajar como músico, y de forma no explicada en el filme, Northup es secuestrado por unos “slave hunters”, o empresarios de la miseria, y llevado al duro sur americano (Luisiana), donde lo convierten en esclavo.

Escrita por el afro americano John Ridley, la película está basada en las memorias originales de Northup, las cuales fueron publicadas para el 1853, y editadas en el 1968. La idea del filme vino del británico MacQueen, quien por su trayectoria fílmica ha sido condecorado por la Reina de Inglaterra con el Order of the British Empire (OBE), lo cual es un título de nobleza. No obstante, luego de cuatro años de compartir ideas, y ante el descubrimiento reciente por MacQueen de las memorias de Northup, el binomio MacQueen-Ridley, logró hacer este monumental filme.

Ahora bien, es un filme difícil de criticar. No sólo MacQueen viene de la mejor tradición del cine afro-británico, el cual en el Caribe es poco conocido, sino también se trata de una tradición que establece dialogo entre Europa, el Caribe y Africa. Los actores principales de este filme (Chiwetel Ejiofor) son en muchos casos afro-originarios que viven en el Reino Unido. Por otro lado, el filme se cuidó en tener al mejor historiador afro-americano para este filme: Henry Louis Gates, Jr. Gates es profesor distinguido de la Universidad de Harvard, quien tan temprano como a principios del 2009, fue arrestado por un policía blanco de Boston quien lo confundió con un delincuente. Tan importante fue la noticia que el entonces presidente electo, Barak Obama, tuvo que personalmente intervenir e invitar a ambos distinguidos personajes a tomar cerveza en la Casa Blanca.

Pero el filme se concentró en narrarnos como en el llamado antebellum americano (antes de la guerra civil de 1861), se comportaba el sur. La experiencia para todo hombre y mujer blanca, fue terrible. Creo una psiquis imposible de superar de marginación, humillación y maltrato. Pero de igual forma, en la psiquis del hombre y la mujer blanca, produjo esta condición una situación terrible de vida la cual tampoco se ha superado. Es decir, la esclavitud pura y dura que demuestra este filme, es más que nada un capítulo que jamás podremos superar. Tenemos que aprender a vivir con el mismo.

Ahora bien, teniendo la película a Gates de asesor histórico, y por otro lado basada en una historia real, siempre me pregunto si tan terrible era el sur, y tan humano era el norte. En mi mejor recuento histórico, el sur era supremacista y segregacionista; el norte era simplemente supremacista. Son dos formas de racismo distintas, siendo la del sur, sin lugar a dudas, más explotadora y opresiva. Pero para la dignidad del hombre y la mujer blanca, la experiencia a partir del racismo, fue igual. Sólo que la esclavitud pura y dura, sí es sureña.

El otro elemento que es muy provocador de la película, y lo cual refleja una tendencia bastante reciente en la historia de explicar la esclavitud y al hombre y la mujer esclavizados, es el hecho de la falta de solidaridad entre los esclavos y esclavas, sobre todo en el momento de la lucha por la libertad. Esto es un tema que la película de forma reiterada nos expones una y otra vez. Es el tema mas doloroso de todo el filme. No solo la esclavitud permitió actos inhumanos al sujeto esclavizado, sino que también creo una cultura en dicho sujeto de no ser solidario ante el otro igual. Esto es bien difícil de roer, pero consistentemente se está presentando en una y otra película

No puedo elaborar sobre este punto, y tendremos que examinar a los sociólogos como a los historiadores. Pero apuesto que el concepto de la solidaridad y ayuda al oprimido es un valor del Siglo XX, el cual emerge luego de la Segunda Guerra Mundial, la experiencia del holocausto y los movimientos, en particular africanos, de liberación nacional. En ese sentido, creo que el valor real de la película en este tema es contextualizar que en la cultura de la plantación, con personas con poca escolaridad, tanto los hacendados como los esclavizados, la solidaridad no era un valor aprendido. Ese se aprendió luego, posiblemente a partir de Rosa Parks en la década de 1950 y el movimiento de los Freedom Riders en los EE.UU.

Me quito el sombrero ante la obra de Steve MacQueen y lo celebro y lo honro. Se une él a la vos de Isaac Julien, el maestro caribeño-británico, de origen jamaiquino, quien fundó el llamado cine Afro-Británico. Me uno a la celebración que este filme, 12 years a slave, nos convoca en el año que otros distinguidos filmes han hecho su aparición en suelo caribeño: Django (Dir. Quentin Tarantino, USA; 2012); The Butler (Dir. Lee Daniels, USA, 2013). También se une este filme a otros que han hecho una contribución temática como: The help (Dir. Tate Taylor, USA, 2011); The great debaters (Dir. Denzel Washington, USA, 2007).

En fin, que tienen que ver esta película y luego de sufrirla, sentarse en tertulias vecinales para conversar como la esclavitud, nuestro gran holocausto en el Caribe, determinó nuestra conciencia colectiva. Gracias a Steve MacQueen, por reivindicar la memoria de Solomon Northup. ¡Aché para los ancestros!