UN PAIS MUSEO

Voces Emergentes

altLa naturaleza del Universo es expansiva; si no fuese así, hace mucho tiempo que hubiese todo esto desaparecido. Por supuesto, aquellas propuestas de bienestar que contribuyen al mejoramiento del colectivo, expanden con fascinante facilidad. En julio del año 2000, se inauguró en Santurce el Museo de Arte de Puerto Rico. El espacio que antes albergaba un hospital, lugar de sanación para el cuerpo, evolucionó a un museo, convirtiéndose así en un lugar de sanación para el espíritu. Sin embargo, la energía creativa que nacería de este espacio, expandió rápidamente dando forma al Museo de Arte Contemporáneo (MAC), a la nueva sede del Conservatorio de Música de Puerto Rico y al festival de arte urbano Internacional, Los Muros Hablan, entre otras magníficas iniciativas.

De momento, las obras de arte salieron de los museos a los espacios públicos, provocando una genuina transformación en el discurso de los artistas urbanos. Nuestra generación joven, adoptó la pared, el muro, el edificio abandonado y descubrió un canvas urbano que pedía a gritos la atención de algún transeúnte con talento y vocación. La química no se hizo esperar y nació un idilio que al día de hoy, ya ha expandido a otros países y ha traído a nuestras costas a artistas de lugares tan lejanos como Ucrania, en un genuino intercambio cultural. Ya el recorrido por la ciudad no es lo mismo. Ya transitamos a la expectativa de descubrir en alguna pared esa pieza que nos deleita, nos hace reflexionar o simplemente nos llena de orgullo. Cuando los muros hablan, los pasos se detienen y la mente viaja hacia el país de la contemplación silenciosa, que nos ayuda a distraernos por unos instantes de lo que no funciona, para descubrir la belleza del potencial ilimitado, desplegado desde la bondad de un artista que pone su arte a la vista de todos para que el deleite sea continuo y gratuito. La generosidad toma vida en los muros…..

Sin embargo, el País Museo no acaba de nacer. Ha ido evolucionando de iniciativas de visionarios, como el fenecido alcalde, José E. Aponte De La Torre, cuando recluta a los artistas y arquitectos Roberto Biaggi y Celso González para que comiencen sus proyectos de mosaicos en Carolina. Esta iniciativa, continuada por su sucesor, José C. Aponte Dalmau, convierte a la ciudad en “Carolina

Bella” y el deseo de continuar embelleciendo al país toma forma en la mente de Celso González y su proyecto Los Muros Hablan. En exclusiva con el Post Antillano, Celso González nos comenta: “La voz de los muros nace de conversaciones. Escuchando profundamente vemos las posibilidades del muralismo Puertorriqueño desarrollándose dentro del contexto del Arte Urbano cuando hemos escuchado la voz de las personas y deseamos ponerlas a tono con el contexto Internacional. Lo importante de la experiencia es el crecimiento; al crecer todo el mundo, crece uno también.” Ante las acciones de vandalismo de las que fueron víctimas algunos de los murales durante el pasado año, González sentencia: “La calle es democrática. Tanto debemos escuchar al que alaba al mural como la voz de quien censura, ya sea con su voz o sus acciones. Las personas se encargan de añadirle su voz a la obra. Sobre la marcha, vamos ajustando las coordenadas. Es importante el momento; nuestro país es uno que sigue tendencias y las cosas se ponen de “moda”. Seguimos en la ola, ya que esta ola de arte creará su propio destino.”

“Destino” es precisamente hacia dónde debemos dirigir la mirada. Es hora de que el gobierno reconozca que sus artistas urbanos están colocando al país en la mirilla del mundo para así elevar a Puerto Rico a un sitial privilegiado dentro de los destinos turísticos, por el reconocimiento de algo más que nuestras playas. Al reconocer a nuestros artistas, estamos reconociendo a nuestra gente. Recientemente, circuló por las redes sociales un artículo que colocaba a Puerto Rico entre los primeros diez países del mundo a los cuales debe prestársele atención ya que el despunte de un momento histórico artístico es inevitable. Este es el instante propicio para poner la mirada en todas las posibilidades de apoyo a nuestros artistas. Este es el momento de crear el magno catálogo del arte urbano Puertorriqueño, reconocer en todos los foros a estos creativos y comenzar la campaña publicitaria “PUERTO RICO: PAÍS MUSEO.” Hemos iniciado una ola creativa que, democráticamente, nos pertenece a todos los que alabamos o criticamos los muros que hablan. Listos para expandir los murales a los pueblos de la isla, Celso González y su cofradía de muralistas urbanos están preparados para mover las obras a tres dimensiones y continuar la expansión por el mundo. Nosotros, ¿estamos listos para honrar a nuestros más creativos embajadores contemporáneos? ¿Aquéllos que han dado de qué hablar a los muros de Puerto Rico y del mundo? Me aventuro a afirmar que sí, ¡estamos listos!