Declaraciones en ocasión de la marcha por la liberación de Oscar López

Cartas de un(a) Antillano(a)
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altEl pasado mes de mayo, ante una petición del periódico Claridad, dije que la liberación de Oscar López no tolera discusión. Y hoy, seis meses después, lo reitero con pleno convencimiento. A Oscar López hay que liberarlo y la presión al Presidente Obama para que actúe no puede descansar ni tomar pausas. Por el contrario, cada día tenemos que ser más fuertes en este reclamo para que se escuche alto y claro. No hay ningún argumento legal o de cualquier naturaleza que pueda levantar el Presidente Obama o alguno de sus asesores o funcionarios de su administración, que justifique la continuación del encarcelamiento de Oscar. No hay un argumento hoy y no lo habrá mañana porque no existe.

La injusticia no aguanta explicaciones, la injusticia es solo eso y hay que acabar con ella. Liberar a Oscar López, para que regrese a su familia, a sus amigos y a su país, no es otra cosa que un acto afirmativo de respeto a los derechos humanos de un puertorriqueño noble y sensible de San Sebastián que no representa ningún peligro para la comunidad en ningún lugar en el que decida afincarse a disfrutar del resto de sus días. Como se dijo y se repitió en la campaña de liberación de 1999 para excarcelar a los otros puertorriqueños que se encontraban prisioneros en Estados Unidos por razones políticas, ya es tiempo de traer a Oscar a casa para que las cartas que escriba, sean cartas de libertad. No dejemos de reclamarlo, escriban a la Casa Blanca, escriban emails al Presidente Obama, hagan lo mismo con Michelle Obama, pónganlo en su Facebook, envíen tweets, escriban pancartas, díganlo a sus vecinos, enseñen a su hijos que esta lucha es una lucha justa. Liberar a Oscar López es necesario, es lo que tiene que pasar. Ya es hora de que regrese a su casa.

Aníbal Acevedo Vilá