Injusto: La criminalización de Sánchez Betances

Política


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En el día de ayer, luego de cinco días de escrutinio público, el secretario de justicia de Puerto Rico, Luis Sánchez Betances, se vio en la obligación de renunciar a su puesto. La controversia que culminó con su renuncia, se inició el pasado viernes cuando en horas de la noche el antiguo socio del bufete de Sánchez Betances, el abogado Jaime Sifre Rodríguez fue intervenido por la policia.

Lejos del bien y el mal,  hoy tenemos que el secretario de justicia ha renunciado, ante lo que constituyó un accionar errático y no conmensurado a su experiencia como abogado litigante,  persona madura y sobre todo al puesto que ocupa.

No obstante, la forma en que respondió tanto la prensa corporativa del país, como a su vez algunos de los partidos de oposición deja mucho que pensar.  En particular cuando la misma prensa ha participado en esta semana en particular del funeral de Nelson R. Mandela en Africa del Sur,  y lo han venerado continuamente como una persona que sabía perdonar.  Es decir, podemos perdonar en Africa del Sur, pero no podemos perdonar en Puerto Rico.

Lo cierto es, y según el informe especial que produjo la Oficina del Gobernador de Puerto Rico, Alejandro García Padilla, el secretario de justicia se personó a un incidente en la carreta donde su amigo Sifre Rodríguez era intervenido por conducir en estado de embriagues y por utilizar un teléfono móvil mientras conducía.  Así las cosas, no solo fue al lugar de los hechos, sino que luego acompañó a la comitiva de policías y arrestado, al cuartel de la policía donde se consumó la intervención.

La razón que aduce el secretario Sánchez Betances, que se trataba de un amigo del alma.  Su amigo del alma, Sifre Rodríguez, ayer informó mediante comunicado de prensa, que estará haciendo una alegación de culpabilidad y asume la responsabilidad de lo ocurrido.  Pues bien, ayer perdimos a un buen secretario de justicia, que en la madurez de la vida,  a sus 65 años, comete un error de juicio.  ¿Prensa corporativa, políticos, pueblo en general,  podrían ustedes perdonarlo? Todo indica que no.

En otras palabras, la prensa y sistemas mediáticos en Puerto Rico, como a su vez muchos de los políticos de oposición, asumen de forma inmediata un rol de destrucción sin permitir cualquier otra reflexión o consideración. Por otro lado y consistente con un pensamiento punitivo, no ha forma de ofrecer rehabilitación al que comete error.

Pues así las cosas, ¿tenemos candidato?  Tal parece que no. Ya veremos como depara el futuro.