En el principio es la atención, cualidad psicológica mas importante porque da pie a todos los demás procesos. La calidad de la atención que podamos ejercer se convierte en luz del faro de la conciencia que nos guía a través de las experiencias.
Estar atentos es abrir los ojos al momento que estamos viviendo, a lo que nos rodea y a lo que somos. Cuando estamos atentos podemos indagar, preguntar, ser curiosos. La curiosidad nos lleva a buscar, a conocer, a descubrir. Consecuencia de la atención y la curiosidad es la respuesta a lo que ocurre o hacemos suceder.
Durante mucho tiempo coartar la curiosidad en los niños era la norma. La curiosidad mato al gato, escuche con frecuencia cuando un niño preguntaba mucho. Niña no preguntes tanto era común en los hogares e incluso en los salones de clase. Nene cállate , me tienes mareada. Preguntar en clase daba vergüenza y nos ponía en posición de protagonista donde todo el salón te miraba como si preguntar fuera malo. Cuando te llevaban al médico y te atrevías a preguntar, la mirada de la madre te atravesaba o directamente te mandaba a callar. El médico sabe lo que hace, usted a callar.
En mi observación profesional haciendo encuestas de campo no científicos me parece que tuvimos varias generaciones donde la dinámica de no hacer ruido, aceptar lo que se nos decía sin preguntar y curiosear lo menos posible fue la norma. Situación que se repite como norma de comportamiento en personas a nuestro alrededor y que como consecuencia trae tantos problemas en las familias, en los colectivos y en el país en general.
Continuando con la observación y el ejercicio de atención profesional me percato que felizmente esta dinámica esta cambiando. La generación que ahora tiene mas o menos 20 años cuando llega a la oficina o se encuentran en eventos sociales los observo preguntando mas. Parece que están mas despiertos y no les da miedo preguntar.
Por otro lado no importa la edad si estamos atentos, por naturaleza curioseamos y respondemos ante la vida. Si por el contrario ejercemos la posición de no estar atentos, o miramos para otro lado no podemos ser curiosos porque no nos damos cuenta de lo que sucede. No estar atento es estar medio dormido y a veces parece que estamos totalmente dormidos. Quizás a esto se debe que muchos nos molestemos por ese silencio nacional ante situaciones que merecen nuestra pregunta y respuesta. Esta posición de dormidera en consecuencia nos lleva a reaccionar, estar despiertos nos lleva a responder, que es lo que hacemos cuando asumimos responsabilidad.
La responsabilidad muchas veces parece una mala palabra porque personas la entienden como una carga en la espalda. Sin embargo ser responsable es responder a lo que ves con ojos abiertos y que te produce curiosidad. No ser responsable es reaccionar a algo que suena por algún lado, sin saber, sin conocer y que puede ser potencialmente muy peligroso. Estar en silencio cuando lo propio seria preguntar es un acto de no responder, no involucrarse o dejar que responda otro.
Es decir estar atentos nos lleva a curiosear, a preguntar, a conocer y por lógica nos ayudara a responder de manera despierta una situación. Sea el evento del que se trate, personal o colectivo. Todos conocemos personas que estando dormidas, es decir desatentas, escuchan algo y disparan de la baqueta, cometiendo a veces errores trágicos. Ya sea a un evento interno, de pareja o del colectivo la actitud a la que aspiramos debería ser responder con fundamento y para eso es necesario estar atentos e indagar antes de responder. Si nos percatamos de la calidad de nuestra atención podremos en caso de que lo deseemos, mejorarla. Existe un ejercicio sencillo…antes de dormirnos hagamos una película mental de todo lo que hemos realizado en el día. Pero vamos a comenzar en el momento de decidir irnos a la cama, hasta el momento en que nos despertamos en la mañana. Es una película hacia atrás. Evalúa cuánto recuerdas de lo que hiciste en el día y cuánto se te hace difícil de recordar. De una manera sencilla podemos tener una medida de lo atentos que vivimos el día.
Si todos ejercitáramos la simple regla de intentar estar mas despiertos, me parece que la agresión en la vida diaria colectiva menguaría bastante.
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