Cambia todo cambia eso dice Doña Mercedes Sosa. La vida es cambio, el entorno cambia, los países cambian. Todo lo que esta vivo cambia, muta se mueve en el tiempo, en el espacio o en la conciencia. Cambiar es parte del ejercicio de estar vivo.
Desde que puedo recordar no existe un cambio mayor que la llegada del mundo de la tecnología al alcance de casi todos y su entrada triunfal en la sala de nuestros hogares.
En la tecnología el cambio es tan rápido que nos deja boquiabiertos porque a veces es como la imagen de una película acelerada que marea.
Muchos cambios son visibles en el exterior siendo mucho mas difícil ver o sentir cambios que se producen en el interior. Me ha ocurrido con cierta frecuencia que una persona cuando habla parece muy -moderna- lo que quiere decir muy cambiada, según el momento presente. Pero la verdad es que después de explorar un poco su comportamiento y las razones de sus decisiones o las dudas que acompañan su proceso decisional, me encuentro que todo ese cambio es un maquillaje que solo aparenta el cambio. Esto es común, a veces no estamos consientes de lo apegados que estamos a lo conocido que aún cuando ya no funcione seguimos haciendo lo mismo, por miedo a cambiar.
Los cambios sociales son lentos, aún cuando en estos momentos parece que se producen con más rapidez. Realmente son lentos, esto tiene una explicación válida y es que los humanos a pesar de que a veces aparentamos tener digestiones rápidas, somos ciertamente lentos en los cambios de la vida en sociedad.
Seria evidente que en nuestro país las digestiones de los temas centrales, se nos atragantan. Temas que son mas del orden interno, esos que quitan el sueño y que se justifica que lo quiten, tradicionalmente son muy lentas. Mejor dicho, a veces parece que no son lentas, dan la impresión de estar estancadas en indigestión perenne. Este atragantamiento colectivo es preocupante sobre todo cuando miramos por el ojo del internet y nos percatamos de que el mundo no es ni se dimensiona como lo queremos tener nosotros en esta indigestión inerte.
Quizás un té que ayude a la digestión nos es necesario para de una vez y por todas plantearnos algo básico. Sin maquillaje, sin querer salir por la puerta de atrás, de frente, en vivo y a todo color. Aceptar nuestras debilidades y celebrar las fortalezas que nos mantienen atragantados, para mas pronto que tarde decidir… ¿Quiénes queremos ser y con quién queremos juntarnos?
La autora es Psicóloga Clínica en practica privada.
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