La pelea del año de Grudge Match…30 años después

Cine caribe

El cine que se produce en los EE.UU. tiene una extraña distinción, la cual le confiere el poder mediático de entretenernos, pero más que nada de producir y modificar comportamientos culturales. En esta medida, si no desea verse influenciado de forma negativa por una película no la vea.

alt Pero así como la vida cambia, el cine comercial, y luego el cine independiente o ilustrado (fine art) que se produce en dicho país, nos mueven la alfombra. Nada es igual luego de una buena película americana, sea Eddie Murphy, Quentin Tarantino, o Steven Spielberg. Luego todo cambia, pero más que nada cambian nuestros entendidos culturales.

Así las cosas hace más de 30 años hubo dos películas que nos transformaron nuestros entendidos culturales del cine. Por un lado, Rocky (Dir. John G. Avildsen, EE.UU, 1976) y Raging Bull (Dir. Martin Scorsese, EE.UU., 1980). Son películas extrañas, a las que nadie apostaba, pero que se impusieron en dos iconos culturales a los cuales hoy miramos con respeto, admiración y como significantes de cambios en nuestros patrones de comportamientos.

Rocky fue escrita por su actor principal Sylvester Stallone, quien finge el personaje de Rocky Balboa, un boxeador ítalo-americano de pobre calidad que vivía de amedrentar a la gente en cobros de dinero, y a quien le dan una oportunidad y llega al cuadrilátero y se convierte en campeón peso pesado. A un costo de millón de dólares, es una de las inversiones más lucrativas de la historia del cine, habiendo producido sobre $225 millones de dólares en su distribución. Más aún recibió tres premios Oscar, entre otros, el de mejor película.

Por otro lado, Raging Bull narra la vida del descarrilado y pobremente intencionado Jack La Motta, también un boxeador ítalo-americano en la categoría peso ligero, quien luego del estrellato pasa a las filas de la decadencia. Es la historia del mal hecha boxeo. Ahora bien, se trata del segundo filme de Robert De Niro actuando bajo la dirección de Scorsese (la primera fue en Taxi Driver, en 1976), y esta película cambió la historia de ambos. Para Scorsese quien hizo la película con poca intención y sin predecir mucho, incluyendo continuar su carrera fílmica, esta película le condecoró eternamente como uno de los grandes cineastas de la humanidad. En todos los conteos sobre crítica de cine, que se hicieron en el Siglo XX, Raging Bull siempre aparece entre las primeras cinco a 10 mejores películas del siglo.

Por otro lado, para Robert De Niro esta película constituyó la consolidación de una de las carreras actorales más significativas de los EE.UU. Sobre todo que no es lo mismo haber visto al boxeador en su cúspide, que verlo luego con 60 libras de peso, asumidas voluntariamente para poder representar adecuadamente al personaje.

Ahora bien, se trata de dos películas que para bien o mal cuentan algo de la historia del boxeo, en los EE.UU. en tiempos de transición, desde la perspectiva de la comunidad inmigrante de origen italiano. Para todos los que hemos vivido en los pasados cincuenta años la historia del boxeo de los EE.UU pensaríamos siempre que el boxeo de los EE.UU. es de negros, pero realmente los íconos son de blancos, en particular a través de estos dos boxeadores ítalo-americanos Es curioso, pero la importante película en torno a la vida de Mohamed Ali, antes Cassius Clay, interpretada por el reconocido actor afro-americano, Will Smith, jamás ha causado sensación alguna. La película Ali (Dir. Michael Mann, EE.UU., 2001) pasará a la historia sin pena ni gloria.

Dicho todo lo anterior fui a ver Grudge Match (Dir. Peter Segal, EE.UU., 2013), sobre la htaistoria de dos boxeadores que se encuentran 30 años después y deciden pelear. Estos son Henry “Razor” Sharp (Sylvester Stallone) y Billy •”The Kid” McDonnell (Robert De Niro). En fin, es una historia que nunca fue, pues lo que se intentó de hacer en esta película realmente hablando fue poner en escena a dos extraordinarios iconos culturales del boxeo cinematográfico pensando que porque pelearan en escena, se convertiría todo en una gran película. Nada que ver. Grudge Match es un total desastre, no obstante tiene unas ideas interesantes que la pueden salvar. Ya en la década de 1990 se intentó hacer, pero Sylvester Stallone declinó en honor y respeto al ícono cultural de Rocky Balboa.

Por un lado, la película es un homenaje a la tercera edad. Ver personas en los 60 años que aún desean boxear, luchar por la vida y sobre todo enamorarse, es curioso. Por otro lado la película hace una reflexión interesante por los deberes y responsabilidades de la paternidad. Es curioso, pero hay todo una discusión en torno a este asunto que merece ser examinada.

Ahora bien lo mejor de esta película, realmente hablando es la pelea desbalanceada dentro de nuestra memoria colectiva entre un peso completo (Stallone) y un peso ligero (de Niro). Solo el cine se inventa esto. Ahora bien, si podrá pasar como uno de nuestros grandes recuerdos contemporáneos del cine de boxeo, pues se trató de una gran pelea, que ayuda a que las lágrimas se broten. En particular, cuando De Niro, casi al ganar la pelea se detiene y con un rostro que solo le pertenece a él, con una cara totalmente ensangrentada y mutilada, decide levantar a su oponente e invitarlo a que sea éste y no él, el que termine la película. Eso, acere (como dirían en Cuba), pasará a la historia del cine y de la poesía como Johnny Carter en el cuento El Perseguidor de Julio Cortázar, pasará con la pieza de jazz titulada Amorous. Se trata de vivir en la Gloria.

Pues sí, esta película de boxeo no es sobre esta película. Es sobre Rocky y Raging Bull. Se trata de una pelea que el capital y el mercado quizo siempre que pasara, pero que los actores, en particular Stallone, se opuso. Ahora en plena adultez mayor, Stallone y De Niro, decidieron hacerla y se la han disfrutado. Pero nada es real. Todo es cine y es ficción.

No es lo mejor película de la temporada, pero se deja ver. Usted decide.