Seinfeld en Puerto Rico, ¿racismo en la economía del entretenimiento?

Economia Solidaria

El sábado pasado, Jerry Seinfeld se presentó en el Coliseo de Puerto Rico José Miguel Agrelot. Ante un coliseo con capacidad de 18 mil personas, Seinfeld presentó en lo que se conoce como la modalidad pequeña, es decir, menos de 5 mil personas. Su presentación es parte de la oferta de entretenimiento que de forma continua se ofrece en dicho coliseo. Donde los espectáculos tienen un valor, y la gente los compra. Muchas veces no preguntamos cuanto contribuyen estos espectáculos a la economía local, pero se parte de la premisa, que aunque de forma fugaz, los mismos generan empleos directos e indirectos, y contribuyen a la economía del país.

Ahora bien, ¿Qué pasa cuando el contenido de dichos espectáculos es de contenido controversial, o para ser más específico, racista? Es curioso, pues en el 1998, en uno de los episodios de finales de la temporada del programa que le dio fama al actor, llamado el programa Seinfeld, se da una situación en la cual una bandera de Puerto Rico coge fuego. Luego el actor en la escena, la pisa para aplacar el fuego. Luego la comunidad boricua que se encontraba presente en la situación persiguen el actor, el cual busca refugio en el apartamento de Seinfeld en el alto Manhattan. Cuando, en la escena, Seinfeld pregunta que es lo que está pasando con el carro en la carretera, el actor le comenta que se trata de un día normal en Puerto Rico, a lo que Seinfeld reclama “yo amo la parada”.

Si hubiera sido un capítulo sobre los judíos, el holocausto y la muerte, el resultado de Seinfeld y su serie de televisión habrían sido un tanto distinto. En esta medida, no se trata de cualquier capítulo de la serie, sino de uno que claramente explora la cultura del racismo y discrimen en contra de la principal comunidad latina de Nueva York.

Teniendo esto presente, el mismo Jerry Seinfeld que en 16 años nunca se expresó al respecto del programa, siendo el productor ejecutivo, su presencia en Puerto Rico este fin de semana, ¿debió haber sido protestada? Nos parece que como mínimo debió haber sido problematizada a la máxima potencia.

En este sentido, haberle prohibido venir a Puerto Rico, no es parte de la economía del entretenimiento. El espectáculo debe continuar. La excusa que el dio a unos días de venir, se queda corta en la memoria histórica. Ahora bien, protestarle era parte de hacer de este show uno poco atractivo a la población, no porque sus chistes no sean buenos, sino porque hacer reír no puede estar basado en la cultura del racismo y el discrimen.

Bajo esta premisa, el Partido Nacionalista de Puerto Rico, se personó a la actividad y condujo una pequeña aunque digna protesta contra la producción del Seinfeld. El presidente del PNPR, Francisco Torres, se expresó en torno a incidente de 1998. Señaló Torres que lo “menos que podría hacer el Sr. Seinfeld es convocar a una conferencia de prensa y pedirnos disculpas aquí en Puerto Rico”.

Es curioso, pero el pueblo de Israel y en particular el pueblo judío, jamás permitiría un espectáculo con un comediante que hubiera realizado chistes en torno a la identidad y dignidad del pueblo hebreo. No puedo pensar que en Puerto Rico se pensó, dado el hecho de que la industria del entreteniendo lo permite todo con tal que cree empleos y riqueza. Si este es el caso, es un asunto terrible.

Esperemos, como apuntó el presidente del PNPR, Francisco Torres, que la dignidad de los puertorriqueños no se vuelva a mancillar.

Credito Foto: Marianela Payan Nina