Pompeii, cuando los esclavos cuentan la historia todo es diferente

Cine caribe

Pompeii es una gran historia de cómo les iba a los esclavos durante el imperio romano. La historia se cuenta a través del filme del mismo nombre (Dir. Paul W.S. Anderson, USA, 2014), en la cual dos esclavos, Milo (Kit Harrington) y Atticus (Adewale Akinnuoye-Agbaje) se encuentran en el mismo calabozo, el cual es de facto un corredor de la muerte. Ambos esclavos eran, realmente hablando, objetos del deseo de la cultura romana, y servían como gladiadores. Mientras ganaran las peleas, podían seguir contando la historia. Más aun, podían aspirar a su libertad.

La historia se desarrolla entre las peleas en el coliseo local de Pompeya, mientras el esclavo Milo y el esclavo Atticus van desarrollando una enemistad hacia amistad. Uno de los dos debe morir. Aunque, Milo, el blanco, le comenta a Atticus, el negro, que no se podía confiar de los romanos. A fin de cuentas no le habrían de dar su libertad por más que matara gladiadores. La película incluye a un personaje femenino, la cual hija del gobernador de la ciudad, se enamora del esclavo Milo. Cassia (Emily Browning) le imparte el romanticismo necesario para desvirtuar el diálogo profundo que los esclavos sostenían en la película.

Dicho lo anterior, el antagonista lo es el senador Corvus (Kiefer Sutherland) quien hace todo por ganar el amor de Cassia. Esta lo repudia, y al darse cuenta que el esclavo Milo tenía cierta influencia sobre ella, Corvus decide terminar con Milo, Atticus y el resto de los esclavos. ¡Un rollazo!

En fin, se trata de Hollywood en su mejor momento. Nada imposible de ver, nada imposible de prescindir. Es meramente un buen entretenimiento que te cuenta la historia de Pompeya por enésima vez.

Si no hay nada más ocurrente, véala. Pero me reitero, por siete dólares hay otras opciones este fin de semana. Su opción, pero no se la recomiendo.