El Feng Shui nació del Taoísmo y está íntimamente vinculado a esta práctica, su nombre significa literalmente Viento y Agua, elementos fundamentales de la energía vital. Originalmente era una forma de conocimiento que estudiaba los cambios que ocurren en la naturaleza, el clima y los astros. Los orígenes del feng shui varían según las fuentes. Por un lado toma la simbología del I Ching (o libro de los cambios). Por otro, incorpora los cinco elementos (wu xing).
Hace más o menos 7.000 años, el Feng Shui era una tradición oral, solo conocido por los miembros de la clase imperial china, existiendo únicamente la Escuela de las formas. No fue sino hasta el siglo IX d.C. cuando este arte se dio a conocer en forma abierta a través de diferentes Escuelas de Feng Shui. Aunque originario de China, el Feng Shui se difundió a occidente desde Hong Kong y Taiwán, ciudades reconocidas como las capitales mundiales del Feng Shui.
Su origen fue la observación y el sentido común; lo que se sabe de sus inicios está basado sobre leyendas y folclor, ya que no existen escritos históricos conocidos. Los cambios de la naturaleza, ciclos y movimientos de las estrellas establecieron las primeras bases.