Mi madrina se llamaba Leny, era una de las mejores amigas de toda la vida de mi querida madre.
Cuando tomo café me acuerdo del pedazo de bizcocho que te brindaba cuando te ofrecía café en su casa. Claro esta luego todos le pedíamos un bizcocho entero para cada uno y se reía a nadie le quería dar su famosa receta.