Luis Negrón (1970-) es un escritor prohibido en su pueblo natal, Guayama, Puerto Rico. Lo prohíben, entre otros, los agregados comerciales de la “educación” beca Pell de Francisco, a quien en Argentina conocen muy bien como quien sin duda es y ha sido siempre: Jorge, el mismo que se la pasó en dictadura de la dura mirando para el otro lado. No es de extrañar. Luis es un escritor bona fide; contrario a otros autores del patio, no es o ha sido un agente o funcionario bajo juramento del Estado colonial. Negrón de ordinario es un obrero del arte del libro, o librero.
Mundo cruel, el principal trabajo creativo de Luis ha sido traducido al inglés por Suzanne Jill Levine, reconocida traductora de literatura latinoamericana de Jorge Luis Borges, Manuel Puig, entre otros, y profesora en la Universidad de California, y al esloveno por Ferdinand Miklavc, traductor de entre otros, Manuel Vázquez Montalbán y Fernando Vallejo. Publicado, originalmente en Puerto Rico (2010-2014), el trabajo creativo de Luis lo ha sido también en la República Dominicana (2013), Costa Rica (2011-2012), Estados Unidos (2013), Eslovenia (2015), Argentina (2015) y Cuba (2016). Jacqueline Duprey (2012) y Gil René (2015), respectivamente adoptaron varios de sus cuentos y les presentaron en la Sala Beckett y en el Teatro Victoria Espinosa (Fullana Acosta 2015) y en el Festival de Teatro de La Habana (Espinosa Mendoza 2015).Crítica literaria
Visos polifónicos de la poesía puertorriqueña de finales del siglo XX y principios del XXI
Escribir en Puerto Rico siempre ha sido un acto de fe con giros de malabarista. Desde los albores de nuestra historia colonial podemos darnos cuenta de las privaciones artísticas y culturales a las que estuvo sometido el pueblo. Con solo el mero hecho de comentar que la imprenta llega a nuestra Isla en el año 1806, cuando fue perfeccionada por Gutenberg más o menos para el 1448, podemos comprender sin mucho problema la matemática del asunto que intento plantear. Tan pronto el Puerto Rico de aquella época recibe su primera máquina de impresión, los primeros usos se destinaron a la prensa, que en aquel momento se llamó La Gaceta de Puerto Rico, órgano de la comunicación oficial del gobierno.
Carmelo Rodríguez Torres o la espinísima ferocidad de la desmesura y otros demonios caribeños más dulces que la sangre
a Kianí y Yamil; a Ana Lydia Vega
En días recientes se ha ventilado la noticia de que la Universidad de Puerto Rico, Recinto de Río Piedras (UPRRP), le otorgará el jueves, 10 de marzo de 2016, el grado de Doctor Honoris Causa al escritor chileno Antonio Skármeta Vranicic. (Justo el día antes del comienzo de la séptima edición del Congreso Internacional de la Lengua Española a celebrarse en San Juan de Puerto Rico entre los días 11 y 20 de marzo.)
"Dennis Mario de seis a seis" por Daniel Nina
Notas sobre “Safo: Ritual de la Tristeza” de Rubis Camacho
Cuando tomé el libro por primera vez, todavía olía a tinta. Armando Rivera, de Indeleble Editores, abrió en el comedor de su casa en Guatemala, la caja que contenía el rutilante tesoro. Me impresionaron las bellas imágenes de la portada, pero, sobre todo, me enterneció la expresión de dicha de la autora al recibir el fruto más reciente de su consagración al oficio de las letras.
Al día siguiente, en el lobby del hotel, recibí de manos de Rubis mi ejemplar autografiado. Me dispuse a leerlo inmediatamente. El grupo se fue a desayunar y yo no podía despegar los ojos de ese poema de tanta belleza e intensidad. Continué la lectura en la guagua y terminé en la noche antes de dormir.
Me dispuse a escribir estas líneas como antesala a la lectura de Safo: Ritual de la Tristeza en el 5to Festival del Libro en la Montaña. Para refrescar la memoria, me dí el gustazo de leerlo nuevamente. Lo que la autora, tan acertadamente incluyó a manera de prólogo (Instrucciones para las Mujeres que Leerán este Poema), me hizo consciente de que para transitar en esta lectura solo hay que alertar los sentidos y ampliar el horizonte de la imaginación. Es decir, al momento de comenzar a leer, debemos vestirnos con la piel de Safo. Emprender ese viaje sintiendo en carne propia el dolor que hace jirones el alma ante la pérdida irrevocable de la persona amada. Disfrutar sin aprensión y sin preocuparse de los convencionalismos, del enjambre de imágenes dulces y eróticas que pueblan el contenido.Sobre Cuerpo Nuestro de Aurea María Sotomayor
Recientemente he concluido la lectura del poemario Cuerpo Nuestro de la escritora Aurea María Sotomayor y conjuntamente me he enterado de la entrega del premio de poesía del Instituto de Literatura Puertorriqueña al referido texto lo que continúa certificándome la precariedad crítica que acompaña a la premiación de los libros en el campo de la literatura de creación.
Dulce polvo de diamantes para el vuelo de una garza desangrada: Rosario Ferré
a Carmelo Rodríguez Torres
Más que la confesión final de un sentenciado a muerte, parece una parejería de muchacha malcriada obstinada en contrariar a la sangre de su estirpe, fundadora ésta de una industria emblemática de la modernidad puertorriqueña: el cemento. “Soy una anarquista literaria irredenta y a orgullo lo tengo. Creo que es la pasión por la libertad lo que me ha hecho ser escritora. Escribo en español y en inglés precisamente porque el bilingüismo está proscrito en Puerto Rico. Y a mí, desgraciadamente, basta que me prohíban algo para que inmediatamente me empeñe en hacerlo. Considero las prohibiciones que responden a los fanatismos políticos y religiosos como un reto. Cada vez que traduzco uno de mis libros al inglés, siento como si me quitara una mordaza. ¡Y estoy afirmando mi derecho a escribir en el idioma que me dé la santa gana! Si pudiera también escribir en chino y en francés, me sentiría todavía mejor”.
Crítica y gestoría literaria en Puerto Rico
No me considero un crítico literario ni un filósofo moderno, aunque he publicado un libro de aforismos El sur y su siniestra en el que trabajo con el pensamiento de carácter filosófico. Los críticos literarios ya sabemos dónde están y lo que hacen. Yo me considero una persona con algunas opiniones (no diré que humildes) y me atrevo a expresarlas independientemente de que agraden o agredan al que las lea. Nada más ni nada menos. Sin afán de sistematizaciones que son las que conllevarían al quehacer filosófico en plenitud. Aunque me encanta la crítica, la filosofía y las polémicas. A las que nunca he rehuido.