Caribe Hoy

“Un ejército y una marina inútiles si no es para mantenernos en la esclavitud, un enjambre de empleado famélicos, una burocracia holgazana, desordenada, inmoral, no representa sino contribuciones y más contribuciones en que se agotan año tras años las riquezas de nuestro país y en que se pierde el fruto de todo nuestro trabajo… El voto popular es una mentira, la justicia un engaño, las escuelas una decepción y el comercio un engaño.”

Ramón Emeterio Betances 1867

En la década del cincuenta, el régimen del gobernador Luis Muñoz Marín propició lo que se dio en llamar la válvula de escape. Esa política significó que cientos de miles de familias puertorriqueñas pobres e iliteratas, especialmente en el dominio del idioma inglés, se vieron forzadas a  migrar, a trabajar en empleos mal remunerados, sujetos a  condiciones paupérrimas de viviendas y de servicios educativos y de salud inadecuados.

Todo Puerto Rico se sorprendió cuando en el año 2009, el entonces gobernador de Puerto Rico Luis Fortuño, anunció el despido de 30,000 empleados gubernamentales como medida económica preventiva.  Fortuño conocía muy bien la debacle económica que afrontaría Puerto Rico muy pronto y promovió una legislación para declarar un estado de emergencia fiscal.

En Puerto Rico, por todo lo que está sucediendo y viviendo a gran escala, se puede decir que los políticos han perdido visión de cómo dirigir un pueblo. De hace un tiempo, se viene notando esta falla en lo líderes que suben al poder, especialmente, entre los dos partidos tradicionales que llevan más de 40 años en el poder.

(Mensaje ofrecido por el autor, Portavoz Comité Pro Derechos Humanos de Puerto Rico, en el foro sobre la defensa de los prisioneros de guerra y prisioneros políticos, celebrado en la Asamblea del Colegio de Abogados y Abogadas de Puerto Rico, en Ponce Puerto Rico, el 11 de septiembre de 2015).

La crisis económica es general, suele escucharse lo mismo en Europa y Asia que en América, y casi invariablemente se busca al chivo expiatorio en una ralentización en el crecimiento de China, la abrupta caída de los precios internacionales del crudo o el agobio exagerado de Grecia.

En mi infancia profunda, tendría apenas ocho años,  un compañerito de clases, de Tercer Grado con Miss Collazo allá en la Academia Discípulos de Cristo en la Calle Comerío en Bayamón, me había dicho que su tío era salsero.  Mi compañerito de clase, Luis Laguna, me lo volvió a decir, “mi tío es Raphy Leavitt, y su orquesta es La Selecta”.

La Asamblea Constitucional de Estatus como mecanismo procesal de Puerto Rico para determinar las relaciones futuras de nuestro pueblo con Estados Unidos es un concepto que se ha manejado por décadas por parte de fuerzas a favor de la descolonización del País. En términos históricos, hasta recientemente, la propuesta era impulsada mayormente desde el sector independentista.