En la diáspora forzada de África occidental hacia las Américas, llegaron al Caribe una multiplicidad de etnias a los largo de sobre 400 años de esclavitud. Procedentes de áreas como Ghana, Dahomey, Mali, Nigeria, Congo, Angola entre muchos otra, su idiosincracia, espiritualidad y cosmovisión se consolidaron en múltiples experiencias culturales. Evidencia de ello, la proliferación de espiritualidades como la Regla de Osha, Ifa, Palo Monte, Palo Mayombe, Voudu, Candomblé, 21 divisiones entre otros. Esta hibridez no es particular a unas etnias monolíticas, sino también, desde cada etnia en particular, existían muchas diferencias que tuvieron que coexistir en un mismo tiempo y espacio involuntario.