El escándalo político es la herramienta de cambio social y control gubernamental más subestimada de la democracia. La premisa inarticulada de esta aseveración puede resultar sorprendente para algunos. Pero en efecto, esas sacudidas noticiosas que periódicamente conmueven las estructuras del poder, son a veces producto del diseño. Con esto no se descarta el rol que las impredecibles Moiras juegan en el destino de los elegidos. Simplemente se destaca el hecho de que la experiencia es la maestra de la historia. Acudimos al pasado para aprender conductas útiles. Eventualmente, lo que alguna vez fue fruto del azar, luego se reproduce metódicamente. En esto radica la inteligencia de la mente política. Dicho lo cual, algunas precisiones están en orden.