Brindo por el librero 24-7,
Por el de la mirada más que clara, clareante,
Por el defensor de la literatura arado
y de tierra adentro y firme,
Por el editor que patria de amor y a contracorriente,
Por el que sonreía, tímidamente y claro
como amanecer a canto de sol
urgidor, recio, acústico e inesperado,