Mientras casi todas las miradas se detienen en los enfrentamientos entre Hillary Clinton y Donald Trump por llegar a la Casa Blanca, demócratas y republicanos también prueban fuerzas con otro objetivo: controlar el Congreso.
En noviembre próximo se conocerá quién será el nuevo presidente del país y, además, se definirá si el Partido Republicano se mantiene con mayoría en las dos cámaras del Legislativo, ubicado en el conocido edificio del Capitolio, o cede alguna posición a su contraparte Demócrata.
Para esta última formación política el camino parece mucho más promisorio que hace dos años, cuando los conservadores alcanzaron la ventaja en el Congreso y complicaron las cosas para el mandatario Barack Obama. El 8 de noviembre, coincidiendo con los comicios presidenciales, se someterá a votación una tercera parte de los cien asientos del Senado (34) y los 435 escaños que componen la Cámara de Representantes.