Boicotear las elecciones, ¿cambio cultural para el independentismo?

Cultura

alt(San Juan, 3:00 p.m.) Ambos, el Lcdo. Luis F. "Wiilie" Abreu Elías y Tito Román son patriotas incuestionables, a toda prueba. Ambos, por separado, han publicado comentarios por las redes sociales sugiriendo un boicot masivo en las elecciones bajo la premisa de que quién gobernará el país en enero del 2017 será la Junta de Control federal y no el gobernador del ELA ni la legislatura coloniales.

A Willie Abreu lo conozco hace años. Cuando comenzaba muy joven en el ejercicio de la profesión de abogado, a comienzos de los 80, acudí a sus oficinas en la avenida central, era un simple caso de cobro de dinero, Willie Abreu era ya abogado mayor experimentado, quien escribe un retoño en uno de sus primeros casos. Le hice un reconocimiento a él y otros abogados de nuestra patria en mi tesis de Harvard sobre educación legal clínica y modelos nacionales de ejercer la abogacía, como uno de los practicantes del modelo transformador popular de ejercer la abogacía, publicado en el volumen 60 de la Revista Jurídica de la UPR (1991). A Tito por el contrario lo conozco cuando ya entrado en más años, a comienzos de este siglo nos reunimos a discutir sus planes de estudios cinematográficos en Cuba, él muy joven y yo más curtido. Es hoy distinguido practicante del oficio cinematográfico patriótico y social.

Es cierta la opinión de ambos en cuanto a que la burda Junta de Control nos retrotrae a los tiempos del 1898 a 1902 del gobierno militar y de la posterior Ley Foraker. Bajo el gobierno militar no había funcionarios electos puertorriqueños, sino que gobernaba un militar yanqui. Bajo la Ley Orgánica Foraker se elegía una Cámara de Delgados, pero los cuerpos Ejecutivo y Judicial los seleccionaba el Presidente de los Estados Unidos. Ello no fue óbice para que los patriotas Rosendo Matienzo Cintrón, José De Diego y Nemesio Canales desarrollaran el modelo de resistencia anticolonial mediante la lucha electoral dentro del régimen, que luego siguieron los dirigentes Gilberto Concepción de Gracia y Rubén Berrios Martínez. Experiencia de lucha anticolonial de más de 100 años que no se puede despachar livianamente. Pero siempre, incluso luego del ELA y la Ley 600, aquí ha existido burdo coloniaje, una farsa, todos los poderes de soberanía emanan del poder federal. Y sigue siendo así bajo la ley promesa y la Junta de Control, que es una corporación síndico para cobrarle las acreencias a los usureros buitres y bonistas a costa de tributos, tarifas y medidas odiosas contra nuestra población, a la misma vez que bajo sindicatura provisional intentarán salvar las castañas a la criatura colonial del ELA hasta pretender llevarla a la solvencia, estiman algunos que en 10 años.

Tito Román ha abogado en este escenario por un boicot electoral y protesta de enfrentamiento en los colegios electorales. Según entiendo de un corto escrito Willie Abreu plantea si se justifica bajo las presentes condiciones un boicot electoral activo como condena a la imposición de la Junta de Control.

Separadamente hay otras personas que siguen una campaña de descrédito contra el PIP para que no quede inscrito y desaparezca. Aclaro que ni Willie Abreu ni Tito Román, ni patriotas serios que creen en el abstencionismo han efectuado expresiones derogatorias contra el PIP. Quienes han hecho tales expresiones las hacen bajo la premisa a mi entender totalmente incorrecta y falsa de que el PIP es un "cadáver que hay que enterrar para crear otro partido o movimiento" y plantean el absurdo de votar por Cidre o Lúgaro. Discrepo de las aseveraciones de éstas personas. Están profundamente equivocadas.

El nacimiento de un partido o formación política de envergadura y su continuación a través del tiempo es un proceso muy complejo, tiene que enjuiciarse a partir de las condiciones históricas de los distintos momentos históricos concretos de cada país. Cuando Abraham Lincoln creó el Partido Republicano, quedando en cenizas el partido Wig, surgió debido al movimiento abolicionista que reclamaba la plena igualdad racial y las tensiones económicas y políticas de la época. Desde entonces han transcurrido cerca de 160 años y todavía el Partido Republicano perdura, pero se ha transformado en un engendro neoliberal, fundamentalista religioso y supremacista racial de derecha. Mientras que, en Chile, el Partido Socialdemócrata apoyó el golpe de estado de Pinochet en 1973, pero en pocas décadas evolucionó a un partido menos derechista como el que preside Bachelet. En Venezuela los partidos COPEI y AD, desacreditados por la corrupción y abusos desaparecieron luego del chavismo para infiltrarse y transmutarse en la MUD de derecha de hoy. En Puerto Rico desaparecieron distintos partidos como el Liberal, el Socialista anexionista de Santiago Iglesias, el Partido Republicano sustituido en su espacio por el PNP en 1968. Todo esto lo digo porque los partidos son fenómenos humanos sujetos de cambio algunos y otros desaparecen cuando no reflejan los intereses de las clases y sectores sociales ni nacionales en determinados periodos históricos.

En el caso de nuestra nación todavía perdura la relación inmoral colonial abominable. Por tanto, existe el espacio para los partidos y movimientos independentistas anticoloniales. También existe el capitalismo y el neoliberalismo y la apropiación del valor del excedente del trabajo o plusvalía y por tanto existe el espacio para los partidos o movimientos -que usen o no todos los medios de lucha, incluido la participación o boicot electoral según lo determine un ponderado juicio ético político histórico - que planteen o el socialismo mediante la socialización de los medios de producción manejado por un nuevo estado socialista o partidos socialdemócratas que planteen reformas al estado burgués mediante captación de parte del valor generado por el trabajo con tributos para imponer medidas de beneficencia social.

Por tanto, ya por la vía del coloniaje o del capitalismo rapaz neoliberal, el espacio político moral necesario del PIP está plenamente justificado. Y por más que personas han clamado o clamen por su desaparición, no ha ocurrido y no ocurrirá en el futuro previsible ya que dicho partido se ha mantenido con posturas verticales independentistas, antiimperialistas y de reforma social. ¿Que necesite mejorar sus prácticas, cierto es, pero que agrupación no las necesita?

A su vez ha surgido otro partido más nuevo, el PPT, que no es un partido socialista ni Independentista, en esencia es un partido socialdemócrata, con compañeros serios y dedicados, que lucha por reivindicaciones populares pero no asume posición sobre el estatus, apela al voto de trabajadores estadistas, populares e independentistas, aunque acoge la convocatoria de una asamblea constitucional de estatus como mecanismo de descolonización. Como he dicho en escritos previos, sus miembros y dirigentes tienen mi respeto, reconozco sus luchas y labor. Pero no despierta en mi interés electoral porque no es independentista y no me convoca porque creo en la independencia nacional de mi patria. Sin embargo, abogo por que se le reconozca su ejecutoria mediante el voto por algunos de sus candidatos en la papeleta legislativa y municipal.

Pero mi voto en la papeleta nacional es para el PIP, para que ayude a su inscripción y a reflejar la presencia de la independencia nacional como solución a nuestro destino político. Y exorto a mis amigos y al pueblo a que siga esta recomendación.

En cuanto a mis amigos Wilie Abreu y Tito Román, a quienes distingo, les exorto a que examinen cómo complementar sus propuestas de manera que no cancelen los esfuerzos de los partidos independentistas y progresistas que plantean utilizar el medio electoral para adelantar la independencia y la justicia social.

Les propongo a Willie Abreu y a Tito Román lo siguiente. Que aclaren su llamado y se unan al clamor de una denuncia anticolonial el día de las elecciones, un ejército con dos columnas. Aspiro que la columna anticolonial más grande entre a los colegios electorales a votar por el PIP en la papeleta nacional y por la justicia social por el PIP y el PPT en las papeletas legislativa y municipal. Y otra columna, que no obstaculice el ejercicio del voto de los demás compañeros y compatriotas, y que sea de denuncia contra el coloniaje y la Junta de Control. No debe ser de clamor de boicot del voto ese día porque nos divide, genera fraccionamiento, desunión y rencores en el patriotismo. Sería una afrenta a los compañeros que llevan años invirtiendo energías, esfuerzos en el medio de lucha electoral. Un juicio ético político histórico no justifica un boicot activo ese día. Respeto que en términos generales personas que creen en la abstención lo planteen, pero el boicot electoral no puede ser el medio principal el día de las elecciones. Enfatizarlo así desune. Hay otros espacios para manifestar la desobediencia civil, luego de las elecciones, en la que todo el patriotismo puede ir unido como un ejército, diverso, con diferencias, pero coincidente en puntos comunes. Es un llamado a la ponderación, sabiduría, a no abrir flancos, las puertas al fraccionamiento, con el cual penetrará el imperialismo y sus agentes, para intentar neutralizar el movimiento patriótico y de cambio social y continuar manteniendo el actual sistema colonial y neoliberal de dominación.