Heroínas puertorriqueñas rescatadas para la historia 1930-1960 [de Olga Jiménez de Wagenheim]

Cultura

(San Juan, 10:00 a.m.) La publicación de la traducción del inglés del libro de Olga Jiménez de Wagenheim, Heroínas puertorriqueñas rescatadas para la historia 1930-1960, originalmente impreso en 2016, es la más reciente contribución de la historiadora y catedrática emérita de la Universidad de Rutgers (Newark). Además de colaborar con su esposo, el periodista y escritor Kal Wagenheim en la amplia difusión en la diáspora de aspectos de la historia de la isla ( The Puerto Ricans: A Documentary History, 1973), ha publicado importantes estudios, como Puerto Rico’s Revolt for Independence (1984), en español, El Grito de Lares: sus causas y sus hombre (1985), y Puerto Rico: An Interpretive History, From Pre-Columbian Times to 1900 (1998).

 

Esta rigurosa investigación y proyecto de historia oral esun importante aporte al imaginario histórico femenino de la isla que se inserta en el amplio panorama de los estudios, antologías, y monografías signadas por los esfuerzos por reivindicar, revalorizar y visibilizar las luchas, padecimientos, desigualdades, decepciones, así como destacar las contribuciones de las mujeres en los diversos campos a través de la historia.  El libro es una plataforma idónea para sacar del arrinconamientohistórico, a donde han sido relegados los sacrificados, y dolorosos senderos de aquellas nacionalistas, quienes contra viento y marea, trastocaron la seguridad familiar, elentorno doméstico, social y económico por la participaciónen la lucha por la libertad política de su isla. Estas mujeres, amas de casa, obreras y estudiantes universitarias se transforman en activistas empoderadaspor las enseñanzas e ideales del líder máximo del Partido Nacionalista, don Pedro Albizu Campos. Logran instalarsecomo fuerzas de resistencia contra el control militar,político y la americanización ejercidos desde 1898, y recrudecidos durante la aprobación del convenio entre el gobierno insular y los Estados Unidos, la Ley 600, que rebautizaría el estatus colonial con el de Estado Libre Asociado (1952).

La historiadora remonta la génesis de su proyecto al año 1998. La lectura del excelente libro de Miñi Seijo sobre la Insurrección Nacionalista de 1950 le motiva a retomar eltema, pero desde la perspectiva participativa solo de las nacionalistas.  Armándose de la bibliografía existente, de artículos periodísticos, documentos públicos, correspondencia gubernamental y carcelaria de San Juan, Arecibo, Vega Baja, memorias, testimonios, carpetas, expedientes, fotografías, y de sus investigaciones en el Archivo Nacional de Puerto Rico, Biblioteca Legislativa de Puerto Rico, Centro de Estudios Avanzados de Puerto Rico y el Caribe, Centro de Estudios Puertorriqueños junto a las meticulosas, laboriosas pero centrales entrevistas a las sobrevivientes nacionalistas, se lanza a recuperar sus memorias. El resultado es esta magnífica cartografía de perfiles de nacionalistas que sufrieron encarcelación, enriquecida por la amplia exposición de los circuitos de contactos, movimientos, y acciones que sostenían, así como de las dolorosas vejaciones, penalidades ymarginalizaciones que padecieron por su intervención enuna irrepetible hazaña libertaria.  

Es un texto de historia oral indispensable, ecléctico en lametodología, valioso por un enfoque que da voz, tono y modalidad a sus interlocutoras, convirtiéndolas en sujetos y exponiéndolas a otras reflexiones e interpretaciones.

Cuatro largos capítulos, precedidos de una síntesisintroductoria sobre el quehacer histórico de la isla desde el siglo XVI hasta el establecimiento del Estado Libre Asociado (1952) resumen los devenires representativos de las nacionalistas. Finaliza con una “Conclusión”, una “Nota en cuanto a las fuentes, una exhaustiva bibliografía (“Notas bibliográficas”) y una “Nota biográfica”.

El primer capítulo (Dominga de la Cruz Becerril [1909-1981] rescata la bandera) se centra en la vida y obra de una nacionalista negra de la ciudad de Mayagüez, que entre sus muchas labores se desempeñó como costurera y lectora en un taller de cigarros. Aunque no participó en los acontecimientos de 1950 por los que las otras nacionalistas si fueron a la cárcel, sirve de antesala a la lucha que las otras prosiguieron. Fue la heroína durante la masacre de Ponce (1936).  Aunque herida, defendió y recuperó la bandera, sin dejar que esta jamás pisara suelo. Si eludió el encarcelamiento no fue porque no la persiguieran sino porque pudo irse a México y a Cuba, donde falleció.  A ella se le reconoce por haberle asignadoal líder Albizu Campos el apodo de “maestro”.

En el segundo capítulo (Mujeres nacionalistas encarceladas en Puerto Rico, 1950, 1954) se examinanvarias figuras claves del levantamiento en Jayuya (Blanca Canales Torresola, Leonides Diaz Diaz, Carmen María Pérez González, Isabel Rosado Morales, Doris Torresola Roura, Olga Isabel Viscal Garriga) y el de la norteamericana Ruth Mary Reynolds, traductora, representante del caso de la isla ante las Naciones Unidas, amiga de Albizu Campos, y leal al movimiento, quien también estuvo encarcelada.

Mientras el tercero (Mujeres nacionalistas encarceladas en Estados Unidos, 1950, 1954) detalla la vida y hazañas de figuras emblemáticas del movimiento (Lolita Lebrón, Rosa Cortés de Collazo, Carmen Dolores Otero de Torresola); el cuarto (Breves perfiles de otras mujeres arrestadas en Puerto Rico) esboza las acusaciones a cinco mujeres ( Juana Mills Rosa, Juanita Ojeda Maldonado, Ramona Padilla de Negrón, Angelina Torresola de Platet y Monserrate Del Valle de López) que fueron arrestadas y encarceladas pero de las que aúnfaltan datos y registros para completar la extensión de su participación e involucración en la rebelión.  De ahí que este capítulo pueda servir de exhortación para seguirinvestigando las pistas de estas luchadoras.    

Agregado al valor de las semblanzas de mujeres que detallan con valentía y autenticidad su viacrucis fuera y dentro de prisión, en la isla o en los Estados Unidos o en ambos espacios, el libro se abre como un abanico para arrojar luz sobre otros aspectos de la historia del inicio, desarrollo, aspiraciones y limitaciones del movimiento nacionalista.  Expone sus interacciones, experiencias, redes y esfuerzos por incorporarse, pertenecer, o diferenciarse de otros grupos (“Hijas de la Libertado “Cuerpo de Enfermeras”), y describen sus afanes por servir y proteger al “Maestro” Albizu Campos en momentos de vulnerabilidad y cerco policial. Es un internarse por los intersticios de otras historias que ameritarían ensayos particulares, como sobre la construcción y deconstrucción, según sus discípulas y seguidoras, de las cualidades y dotes del líder Albizu Campos, su espiritualidad, su visión, su magnetismo como orador y capacidad de aglutinación a partir de un mensaje carismático y persuasivo centrado en el valor y sacrificio necesarios para la regeneración y libertad de la patria. Intrigan las observaciones sobre las limitaciones de recursos, alianzas, internas y extranjeras y la planificación estratégica; sobre el rol y extensión de los informantes(dentro de la comunidad y familiares), de las comunicaciones y circuitos entre la isla y Nueva York, así como sobre el rol de la mujer en la máxima jerarquía del movimiento y las percepciones de las nacionalistas con respecto a la esposa de Albizu Campos, doña Laura Meneses.  

Por eso el libro es mucho más que los retratos y entrevistas de las nacionalistas.  Los perfiles amplían los marcos de referencia y destapan conglomerados de temas y problemas que abarcan desde las esferas de contacto del régimen insular y federal para espiar, fichar, truncar, acosar, procesar a las nacionalistas y todo aquel sospechoso de colaborar y encarcelar hasta la develación de los circuitos dentro y fuera de la isla del movimiento, y la formación de núcleos dentro del partido y sobre todo y el implacable tratamiento contra Albizu Campos. Merece destacar el espacio dedicado a detallar las condiciones y tratos de las mujeres en el sistema carcelario, así como las dificultades de inserción después de la cárcel. Dentro de esos espacios, reconfortan también los testimonios de solidaridad, integridad, lealtad, amistad y resiliencia dentro y fuera de la prisión. Merece atención la observación de muchas de que en varias instancias los oficiales carcelarios les otorgaban un trato especial por ser prisioneras políticas. Notable además es la representaciónanti heroica que los perfiles construyen del fundador del Estado Libre de Puerto Rico, Luis Muñoz Marín.

Por último, es importante resaltar que esta publicación representa la carta de presentación de la historiadora como auto traductora, enmarcándose en un linaje defiguras que, como Rosario Ferré, asumieron ese rol.  Esta novedosa dimensión profesional invita a una futura conversación teórica sobre el rol y las prácticas de la auto traducción, la conexión del autor/traductor bilingüe con sus idiomas de trabajo y otros temas como el posicionamiento, delimitaciones o libertades del autor/traductor ante el original, y la nueva versión y el auto traductor como mediador cultural.

Heroínas puertorriqueñas, como señalamos en una reseña del texto en inglés (El Post Antillano, 10/18/2016)“debe ser lectura obligatoria para todo aquel interesado en los movimientos de resistencia política en Latino Américay en el rol de las mujeres en dichos movimientos.”  Es un tributo y una invitación para conocer las ejecutorias de esas mujeres nacionalistas que sacrificaron sus vidas por la causa libertaria. Es un trabajo de investigación y referencia indispensables, una nueva adición a la creciente bibliografía sobre el nacionalismo y una importante traducción.