(San Juan, 1:00 p.m.) La victoria de Puerto Rico sobre la República Dominicana en la noche de ayer, dentro del último partido de la serie regular en el llamado Clásico Mundial de Béisbol, nos acerca más a la independencia nacional que a cualquier otro proyecto estadista o colonialista. Para un país que desea tener un estado nacional, la victoria de ayer es un paso más de acercamiento en dicha ruta. La relación diferenciada entre Puerto Rico y los EE.UU. se representa en cada instancia o momento y ayer fue un día más en ese largo distanciamiento.
La noticia es victoria. La noticia con sabor a nacionalismo patrio, es a partir de la victoria. La noticia no es la lesión, normal en el deporte, del lanzador Edgardo Díaz. Esas cosas pasan. La noticia, no es si los americanos, en desprecio, movieron el juego de Puerto Rico para el sábado en lugar del domingo como pautado. La noticia real, es que la nación de Puerto Rico se impuso a la nación de República Dominicana, y ahora vamos camino a disputar la próxima victoria intentando llegar a la serie semifinal. Por lo tanto, Puerto Rico no es cualquier equipo, es uno que afirma en cada victoria su sentido de urgencia al estado nacional.
Mientras esto pasa, el oficialista Partido Nuevo Progresista (PNP) desconoce qué hacer. La celebración es siempre nacionalista. En Puerto Rico nadie se alegra que el equipo de los EE.UU. gane o pierda el viernes frente al equipo de Venezuela. En tierra boricua, lo único que cuenta es lo local, lo vernáculo.
Ante este cuadro, es momento de afirmar que a partir de un juego de pelota, afirmamos el deseo de un país de ser libre. Pensemos en la independencia. Pensemos.