(San Juan, 1:00 p.m.) El en juicio que lleva el gobierno federal contra el acusado de corrupción, pasado alcalde de Guaynabo, Ángel Pérez, se ha traído hoy al convicto alcalde de Cataño, Félix Delgado, para testificar contra su pasado compañero de partido. El hilo vinculante entre ambos es dual: por un lado a ambos les gusta la corrupción; por otro lado, ambos son miembros del Partido Nuevo Progresista. No obstante, hoy ambos participan en procesos judiciales donde se cuestiona su honestidad política.
El PNP tiene una larga vinculación con la corrupción. No hay forma de explicar el comportamiento de los miembros, muchos de ellos funcionarios políticos, desde la honestidad. Es más fácil, hablar de ellos desde la deshonestidad política y administrativa. Por lo que, lo curioso de la conversación es cómo el gobierno federal, por vía de la fiscalía y el FBI convierten el juicio contra Pérez, en un juicio contra la honestidad deshonesta del PNP. ¿En serio?
Lo interesante es que nadie, ni en el propio PNP cuestiona que utilicen a un convicto corrupto de testigo estrella contra otro candidato a convicto y corrupto. Esto a lo curioso de la conversación, que ya todo se ha normalizado, y donde el país acepta los niveles de corrupción del PNP y puede convivir con ellos.
Por lo tanto, bajo el mismo PNP uno de sus legisladores planteó la castración para detener a los ofensores sexuales. El presidente del Senado, alegó que eso no está probado. Por lo tanto sería viable probar algo que sí es posible: bajo un país independiente, Puerto Rico tendría los poderes soberanos para atajar la corrupción. Momento de hacernos libres. Pensemos en la independencia. Pensemos.