(San Juan, 1:00 p.m.) El gobernador lleva tres días balbuceando ideas. No hay forma de entender a que se dedica. Simplemente ha opinado de todo, salvo de pie de atleta y de carreras de caballo, en lo que va de semana, lo ha comentado todo, incluyendo decir que los boricuas somos racistas y xenofóbicos. El gobernador anda atolondrado.
Lo más terrible del gobernador, no es lo que está diciendo, sino nuestra complacencia con sus distracciones mediáticas. Son un sin sentido continúo, tal si estuviera indicando algo importante al proyecto de país, pero nada de eso. Simplemente está haciendo comentarios de todo, y en lugar de preocuparse por el proceso de genocidio social (es decir desplazamientos en el argot de los movimientos sociales de la isla), simplemente regaña al pueblo, les llama racistas, y les invita a cooperar con la masacre. ¿En serio?
Por lo que es momento de alzar nuestras voces en protesta contra el gobernador. No es posible seguir tolerando su conducta irracional. No más distracciones Pedro Pierluisi, no más.
Si logramos detener o cuestionar la lógica de sus opiniones, podríamos estar forjando un mundo alternativo a su mundo. Solo así seremos libres, cuando forjemos un mundo alternativo. Pensemos.