(San Juan, 9:00 a.m.) Luiz Ignácio Lula da Silva y Andrés Manuel López Obrador, el primero actual presidente de Brasil, y el segundo actual presidente de México, intentaron de formas fallidas, muchas veces llegar al poder. Pero una vez llegaron al poder, lucharon por cambiar el ritmo de las cosas. La suerte los acompañó, pese a todos los destinos que se impusieron, en particular en el caso de Lula da Silva. Mientras, en México hoy, López Obrador es el presidente más querido en la historia moderna de dicho país.
Hay un debate sobre la posible alianza entre el Partido Independentista Puertorriqueño (PIP) y el Movimiento Victoria Ciudadana (MVC). Es un debate en principio simétrico, por el cual un candidato a gobernador se desea postular para un puesto a gobernador, y otro candidato se desea postular para alcalde de la ciudad capital. De eso trata en principio la alianza. No obstante, si uno lo piensa mejor, ¿de qué trata esta alianza? Trata de llegar al poder.
Llegar al poder político es el norte de cualquier diálogo entre dos organizaciones partidistas. Es aquí que el diálogo no es necesariamente simétrico. Mientras el PIP reclama la independencia para Puerto Rico, MVC reclama una consulta por vía de una asamblea constitucional de estatus. En un camino, se alcanza la independencia, en otro camino por vía de proceso, se podría alcanzar la estadidad. Por lo tanto, el fin es distinto, pese a que han coincido ambas organizaciones en ofrecer una solución que aspira a administrar de forma decente el territorio colonial.
Ante este cuadro, uno se pregunta por qué la insistencia con un pleito legal, para cambiar la ley electoral, el cual fue desestimado en “primera base” por el juez de turno del Tribunal de Primera Instancia. La estrategia no va a dar sentido, y pese a los reclamos constitucionales, la idea de llevar esto a la Corte Suprema de los EE.UU. es literalmente auto flagelarse. Luego de seis sentencias a partir del 2016 de la corte en Washington, cada una de ellas provee un veredicto más colonial.
Por lo que, ¿no sería una mejor estrategia para el PIP y MVC, de capturar la legislatura, como López Obrador y Lula da Silva, para desde ahí transformar la ley electoral y provocar otra ruptura. Esto puede ser una estrategia de alcanzar el poder, pese a entrar por la puerta lateral. No obstante, resolver esto no es resolver otros asuntos de fondo de esta alianza, como es la independencia para Puerto Rico. Pensemos.
¿Es necesaria una alianza o es necesario alcanzar el poder?
