La importancia del 4 de julio para la independencia nacional de Puerto Rico

Política
(San Juan, 9:00 a.m.) El 4 de julio muchos asimilistas y anexionistas del patio conmemorarán la independencia de la nación imperial que se la niega a Puerto Rico. ¿Por qué creer que la independencia es algo malo para Puerto Rico, mientras se considera, por otro lado, buena para Estados Unidos  y otras naciones?

Ninguna nación puede realizarse a cabalidad sin su soberanía e independencia. Dejar de ser un territorio colonial para convertirse en país soberano es sine qua non para su pleno desarrollo económico y el ejercicio de su plenitud como nación. Esto es únicamente posible con la independencia.

Así como no hay manera que una persona puede desarrollarse plenamente como persona si no se independiza de la tutoría de sus padres y hace su vida propia, tampoco una pueblo puede desarrollarse plenamente si no conquista su independencia y soberanía.

A los independentistas los califican de separatistas en Puerto Rico, cuando el verdadero separatismo está entrañado intrínsecamente en la dependencia colonial que siempre ha separado a los puertorriqueños del resto del mundo como pueblo con identidad propia. La independencia no es separatismo, sino integración plena de Puerto Rico como país con el resto del mundo.
La independencia no es una quimera sustentada en retóricas fantasiosas de ideas nacidas del corazón y de sentimientos irracionales.  Es una necesidad política y económica para todos y cada uno de los pueblos del mundo sustentada en la razón y la lógica.

Los poderes soberanos de un pueblo con la independencia permiten poner en funciones sus capacidades y potencialidades como país en el concierto de naciones del mundo. Tener la libertad de poder hacer como nación lo que mejor convenga en su momento.

Es lo que el 4 de julio Estados Unidos conquistó. Lo que asimilistas y anexionistas puertorriqueños celebran con abyección y servilismo, mientras condenan a su patria al sometimiento colonial. Celebran lo que se niegan a sí mismos como puertorriqueños.

El 4 de julio debe servirle a los puertorriqueños de aleccionamiento. Es un día para aprender que es una vileza celebrar y conmemorar un legado histórico y un precepto ideológico cuyo significado los asimilistas y anexionistas puertorriqueños no han sido capaces de asumir y valorar verdaderamente en su propia patria: la independencia nacional de Puerto Rico.