(San Juan, 1:00 p.m.) El 6 de enero de 2020, en una reunión entre familia vi como CNN transmitía la avanzada popular hacia el Capitolio federal, siempre pensé que se trataba de un acto de voluntad popular fuerte, pero nunca lo llamé insurrección. Asi las cosas, fue Joe Biden, quien compareció y llamó al evento en el Capitolio, uno de “Insurrección”. A partir de ahí comenzó la narrativa de los “buenos contra los malos”.
Dicho esto, y discrepando ideológicamente con Donald Trump, lo cierto es que el Partido Demócrata lo convirtió en el eje de su accionar político en este cuatrienio. Trump, por las razones que sean, ha logrado superar muchas acusaciones y prejuicios, y corre de forma limpia y contundente a la presidencia de los EE.UU. Anoche, en el debata, simplemente se impuso ante un Joe Biden evidentemente incapaz para dirigir los EE.UU. Por lo tanto Trump se impuso anoche por su capacidad física, no por su ideología, a los 77 años. Biden demostró no estar apto para dirigir los EE.UU. a los 81 años.
Mientras, la Corte Suprema de los EE.UU. acaba de decidir hoy, que los acusados de ser parte de una insurrección, fueron acusados en extremo, pues realmente halbando, la situación ameritaba un delito menor. Habría que probar que intentaban obstaculizar la certificación de la presidencia, y no meramente haber entrado a la fuerza al Capitolio federal. Es una decisión técnica, pero una corte dividida no ideológicamente, sino por fundamentos jurídicos. Lo cierto es que ahora hay que reabrir todos los casos y volver a acusar a todo el mundo de delitos menos graves, y no de delitos graves.
En fin, que el Partido Demócrata ha colapsado hoy. Todo indica que Donald Trump y el Partido Republicano, van de camino a ganar la presidencia. Lo mejor de todo, es que esto puede abrir una ventana para negociar la independencia para Puerto Rico. Es momento de atrevernos a pedirla. Pensemos.