(San Juan, 1:00 p.m.) Uno va al juego de Puerto Rico anoche en la competencia de repechaje de los últimos dos boletos para los Juegos Olímpicos 2024, y se encuentra que está ante un torneo internacional donde todo se habla en inglés. Como reflejo del colonialismo los maestros y maestras de ceremonia, muy criollos, hablando un inglés de difícil comprensión, lograron armonizar bien la situación. A mitad de la noche dejaron de hablar en inglés, y convirtieron el evento en uno que localmente entendíamos. Lo convirtieron en un juego más del BSN.
El colonialismo es cosa mala. Se nos mete en la cabeza y nos convierte en sujetos colonizados. Lo peor es que nosotros aceptamos sus normas, no sin contradicciones, y lo subvertimos de formas extrañas. Romper con el protocolo de transmisión en inglés, al lenguaje vernáculo dominante, el español.
Pues bien, si lo vemos ahí podríamos entonces entender el proyecto que debemos tener para con el plebiscito propuesto por la administración de Pedro Pierluisi y el Partido Nuevo Progresista (PNP). En este séptimo plebiscito organizado por el PNP, ellos quieren validar nuevamente la opción de la estadidad. Ellos desean ganar. Nosotros los vamos a derrotar.
Dos formas de derrotarlos están en nuestras manos. Por un lado que la movilización electoral del corazón del rollo del PNP, no llegue al 50 por ciento del electorado inscrito. Por otro lado, como voto de castigo, votar por la independencia. Es decir, el PNP lo que no entendería es que la independencia sea una opción antes que la estadidad. Ese voto de castigo, que no es dejar la papeleta en blanco, sino darle un contenido que sí alteraría el orden de las cosas, aunque fuera de forma simbólica.
Es momento de descarrilarles el nuevo embeleco del séptimo plebiscito criollo. Pensemos.