(San Juan, 9:00 a.m.) El 4 de julio muchos asimilistas y anexionistas del patio conmemorarán la independencia de la nación imperial que se la niega a Puerto Rico. ¿Por qué creer que la independencia es algo malo para Puerto Rico, mientras se considera, por otro lado, buena para Estados Unidos  y otras naciones?

Ninguna nación puede realizarse a cabalidad sin su soberanía e independencia. Dejar de ser un territorio colonial para convertirse en país soberano es sine qua non para su pleno desarrollo económico y el ejercicio de su plenitud como nación. Esto es únicamente posible con la independencia.

Así como no hay manera que una persona puede desarrollarse plenamente como persona si no se independiza de la tutoría de sus padres y hace su vida propia, tampoco una pueblo puede desarrollarse plenamente si no conquista su independencia y soberanía.

A los independentistas los califican de separatistas en Puerto Rico, cuando el verdadero separatismo está entrañado intrínsecamente en la dependencia colonial que siempre ha separado a los puertorriqueños del resto del mundo como pueblo con identidad propia. La independencia no es separatismo, sino integración plena de Puerto Rico como país con el resto del mundo.
La independencia no es una quimera sustentada en retóricas fantasiosas de ideas nacidas del corazón y de sentimientos irracionales.  Es una necesidad política y económica para todos y cada uno de los pueblos del mundo sustentada en la razón y la lógica.

Los poderes soberanos de un pueblo con la independencia permiten poner en funciones sus capacidades y potencialidades como país en el concierto de naciones del mundo. Tener la libertad de poder hacer como nación lo que mejor convenga en su momento.

Es lo que el 4 de julio Estados Unidos conquistó. Lo que asimilistas y anexionistas puertorriqueños celebran con abyección y servilismo, mientras condenan a su patria al sometimiento colonial. Celebran lo que se niegan a sí mismos como puertorriqueños.

El 4 de julio debe servirle a los puertorriqueños de aleccionamiento. Es un día para aprender que es una vileza celebrar y conmemorar un legado histórico y un precepto ideológico cuyo significado los asimilistas y anexionistas puertorriqueños no han sido capaces de asumir y valorar verdaderamente en su propia patria: la independencia nacional de Puerto Rico.

(San Juan, 1:00 p.m.) El presupuesto nacional de Puerto Rico, desde el 2017, depende de la buena voluntad de los americanos, es decir personas de los EE.UU., que controlan el presupuesto nacional de la isla. Lo bonito es que hoy la susodicha junta, aprobó el presupuesto propuesto del gobierno de Puerto Rico.  Un presupuesto pensado para ganar elecciones:  de aproximadamente $9 mil millones de dólares, el mismo sube hoy a  casi $13 mil millones de dólares.

El incremento en la suma total del presupuesto, constituye un éxito tanto para el Partido Nuevo Progresista (PNP), como para distintos sectores sociales de la isla. No obstante, el PNP habrá de capitalizar en dineros entrando a la economía a un año antes de las elecciones.

Dicho esto, es curioso que el presupuesto sea controlado por una junta foránea del país.  Esto es curioso pues crea una cultura de dependencia continua en contra de los mejores intereses de Puerto Rico.

Es momento de repensar la relación política de Puerto Rico con los EE.UU. Esto requiere pensar de forma soberana en la isla, para intentar superar todas las limitaciones que nos impone la presencia de los EE.UU. en Puerto Rico. Esto incluye el control de nuestro presupuesto. Pensemos.

(San Juan, 11:00 a.m.) La última idea del gobierno de Washington, no es imponernos la Junta de Supervisión Fiscal, no son las siete decisiones de la Corte Federal desde el 2016, ni recordarnos que el FBI y Fiscalía Federal gobiernan nuestra vida diaria. La última idea del Congreso, el Departamento de Energía Federal, así como la prensa comercial, es que los fondos para la energía renovable que nos quiere dar Washington, es que sean administrados por la Sociedad Civil. ¿En serio? ¿Quién en la sociedad civil lo va a hacer?
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(San Juan, 9:00 a.m.) ¿Por qué no se da un golpe de estado en Puerto Rico? Sencillo, porque el poder colonial de administración de turno, carece de soberanía plena e independencia. Aquí habría que dar un golpe de estado para derrocar a los EE.UU., y eso lo trataron en el pasado algunos, como el Partido Nacionalista, siendo víctimas de los máximos actos de represión por parte del gobierno federal y estatal.  Por lo tanto, el problema colonial de Puerto Rico nos pone de frente en todo momento con Washington.
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(San Juan, 9:00 a.m.) Nuestra primera memoria moderna, de un asesinato justiciero, fue el de Diego Salcedo en el Rio Grande de Añasco en el 1511.  Allí, un escuadrón de indios taínos, tomó por sorpresa a Salcedo, lo ahogaron y aguardaron tres días para validar la teoría cristiana de la resucitación, es decir la de Jesús. Salcedo se pudrió, pero en la memoria colectiva, la forma de ajusticiar es vía el agua.  Nuestra primera arma colectiva, fue un río, es decir, un cuerpo de agua.

Lo interesante es que en tiempos recientes, turistas de los EE.UU., los que llamamos americanos, vienen de forma masiva a Puerto Rico y se ahogan.  Se ahogan en las playas de Isabela, San Juan, y Luquillo.  Pero también, se ahogan en las aguas cristalinas de las cascadas del Yunque. Lo interesante, es que los criollos, es decir, nosotros, nos ahogamos. Sin parar, son turistas americanos los que se ahogan.

A manera de ejemplo, hace varias semanas, que un grupo de americanos jóvenes, un total de 11 fueron víctimas de un golpe de agua en el Yunque, y por poco se mueren todos. Los logramos salvar, de lo que habría sido un genocidio masivo, una masacre alarmante.  Por lo tanto, más allá de Salcedo y su legado uno se pregunta, ¿los americanos vienen a Puerto Rico a ofrendar su vida en nuestros cuerpos de agua?

La contestación más certera es que dado las políticas neoliberales, las playas de Puerto Rico no tienen servicios de salvavidas. Mientras, el servicio de parques nacionales del gobierno federal, todo indica que no tiene una política clara y precisa a favor de preservar vidas en el Yunque. No puede ser que el error de cálculo se cometa continuamente. Finalmente, la oficina del manejo de emergencias de Puerto Rico, la que dirige el Dr/Dr Nino Correa, no tiene una clara campaña educativa para preservar vidas.

Pues bien.  Todo indica que siguiendo la tradición de Salcedo, y desde lógicas anticoloniales, la cultura taína continua viva. Lo que sucede que hoy los “Salcedos” se ahogan solos. ¿será que queremos vivir en un país sin turistas?  No sé. Mientras el gobierno, estatal y federal, no haga los ajustes necesarios, aquí habrá de seguir ahogándose gente. Pensemos.

(San Juan, 1:00 p.m.) En el caso de Students for Fair Admission v. the President and Fellow of Harvard College, resuelto en el dia de hoy por la Corte Suprema de los EE.UU., se determinó que las universidades no pueden aplicar el criterio de la raza para privilegiar la admisión de estudiantes negros, por encima de otros estudiantes. Esto sería en violación a la cláusula de igual protección de las leyes.  Esta decisión fue resuelta por seis jueces a favor y cinco jueces en contra.

Lo interesante es que esta decisión nos afecta en Puerto Rico.  Puerto Rico como territorio colonial de los EE.UU., se rige por las decisiones de la Corte Suprema de Dicho país.  Establecido esto, es penoso pensar que la Corte Suprema de dicho país se comporte de forma más atrasada que la del país colonial, que es por decir lo mínimo un país liberal.

Ante esto, es importante destacar que en demasiadas cosas Puerto Rico se comporta como un país liberal y progresista al lado de la metrópoli. Esto, hará ya muchos años, fue reconocido por la entonces portavoz de la Camara de Representantes federal, Nancy Pelosi. En su momento, durante una visita de recogido de fondos económicos para su campaña electoral, ella aludió a que Puerto Rico tenía leyes de más avanzada que las que había emitido el gobierno federal. Es decir, la factura ancha de la constitución, crea mayores derechos en Puerto Rico que n los EE.UU.

Si esto es así, lo importante sería desligarnos de la relación política con los EE.UU. Puerto Rico tiene un sistema jurídico y una cultura legal superar a la que impera en los EE.UU.  Ante esto es más importante consolidar nuestra visión de país desde nuestra Patria, que pretender vivir bajo la sombra de una Corte Suprema que emite decisiones muy retrogradas para la cultura jurídica y legal de la isla. Pensemos.

(Montevideo, 11:00 a.m.) Hace más de 60 años Stanley Milgram, de la Universidad de Yale, realizó un experimento que buscaba comprobar un comportamiento humano: si éramos capaces de acatar órdenes de una autoridad, aunque ellas contravengan nuestras creencias.

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(San Juan, 1:00 p.m.) El gobernador Pedro Pierluisi ante el cierre de la tercera fábrica de manufactura en un mes, indicó que “está todo bien”.  Según el gobernador algunas llegan y otras se van.  Por lo tanto estamos en un punto de perdida de “cero neto” en la creación de empleos:  Dicho lo anterior, nos parece, que realmente hablando el gobernador de turno, Pierlusi, sufre de algún trastorno de salud mental, que no le permite vivir a plenitud.
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