Entre Luma y el PNP conspiran para despoblar a Puerto Rico [¿tendrán un plan concertado de sustitución de población?]

Justicia Social

(San Juan, 11:00 a.m.) En esta sociedad moderna dominada por la inmediatez, el hedonismo y el menosprecio por la afirmación identitaria y la historia, abundan las teorías conspirativas y las falsas verdades.   Sin embargo, hay teorías conspirativas que por más que las neguemos, todos los hechos apuntan a su existencia.  

 

Haciendo un poco de historia, en medio de la memoria corta que nos caracteriza, recordemos el famoso chat de Ricardo Rosselló Nevares, donde uno de sus innombrables mencionó que los puertorriqueños desapareceríamos (Chat entre diciembre de 2018 y enero de 2019). Esta teoría conspirativa cobra fuerza ante los sucesos que en los últimos días han inundado las noticias: los apagones y la ruina de la economía nacional.

 

Todos estamos conscientes que sin energía eléctrica nuestra sociedad no funciona. Cuando falta la energía se afectan todos los servicios, incluyendo el cuidado de la salud, el suministro de agua que depende de generadores eléctricos, la educación y el comercio, entre otros.

 

Basado en esta realidad, la forma más rápida para exterminarnos es desestabilizar el suministro energético.

 

La falta del suministro eléctrico destruye la economía local, fuerza al cierre de los comercios puertorriqueños, la desaparición de fuentes laborales y potencia la emigración. Si cada vez que queremos echar “pa’ lantenos ahorcan, qué podemos hacer si queremos progresar, rasparnos pa’ las ventas.

 

Analicemos. El gobierno ha creado una estructura para frustrar al empresario local, mientras aprueba incentivos para atraer estadounidenses y extranjeros (Ley 60, antiguas leyes 20 y 22). Sacar un permiso de uso para un local es cuesta arriba, mientras que existen especialistas en asistir a extranjeros para en 30 días obtener las autorizaciones necesarias.

 

Los altos costos energéticos y ahora los apagones obligan al cierre de las microempresas locales y a las fábricas a relocalizarse en otros mercados.

 

Los costos de la canasta básica, las rentas y los intereses hipotecarios siguen aumentando en detrimento de los trabajadores, De hecho, el mercado inmobiliario prefiere las ventas al contado (cash).

 

A esto se le suma el aumento en el salario mínimo que, aunque justo, hace que el empresario local, ahorcado por los altos costos, se vea imposibilitado para pagarlo.

 

Todo esto parece una película de terror, tristemente es una realidad. La crisis energética es sinónimo de crisis económica. La falta de empleos, los salarios de hambre, el alto costo de la vida y la apatía gubernamental ante el empobrecimiento de los puertorriqueños obliga a los más jóvenes a emigrar.

 

Entonces, ¿quiénes quedamos en la isla?  Pues, una población cada vez más envejecida, dependiente de un cheque de seguro social; los más pobres que en su mayoría se ven imposibilitados de encontrar un trabajo, no pueden emigar y dependen de ayudas gubernamentales; y un pequeño grupo que para sobrevivir y poder cubrir sus costosos gustos materiales se dedican a la vida delictiva.

 

Diga usted si esto no parece una teoría conspirativa. Desde que los estadounidenses llegaron al país han intentado “americanizarnos”.  No lo lograron, entonces destruyeron la economía autosustentable de la colonia y forzaron la migración de los campesinos y los nacionalistas. Terminada esa etapa, siendo ya la isla dependiente de los productos estadounidenses, se ideo sacar a los profesionales con ofertas tentadoras de altos salarios y mejores condiciones de vida. Luego se idearon el cuento de la seguridad pública, la historia del narcoestado y la incertidumbre social que crea el temor.

 

En las postrimerías del siglo XX, se eliminó la Sección 936 del Código de Rentas Internas Federal, lo que llevó al cierre de fábricas y un aumento en el desempleo. Llegamos al siglo XXI, se estableció el IVU, se triplicó el costo de la vida y se incrementaron los esfuerzos en la campaña de menosprecio hacia lo puertorriqueño. Para completar nos golpearon María, el imbécil de Ricardo Rosselló y los temblores del sur.

 

Como somos un pueblo guerrero y resiliente, todavía seguimos dando la batalla. Entonces, usando la demagogia política, asesinaron a la Autoridad Energética Eléctrica (AEE) y nos regalaron LUMA. Comenzó el desastre energético, que nunca ocurrió cuando éramos dueños de la AEE.

 

Entramos en la temporada de huracanes, LUMA nos ha sumido en la oscuridad y está forzando a los empresarios puertorriqueños a la quiebra. Mientras tanto, el gobierno no hace nada. “Vamos a investigar”; “nombramos una comisión para investigar”, en otras palabras, NO haremos nada.

 

El 2024 es un año electoral, el evento primarista nos hace cuestionar la confiabilidad en la Comisión Estatal de Elecciones y la agenda oculta que limita el proceso democrático. El fallo energético durante el proceso y los “hackers” solo le echan leña al fuego de la teoría conspiratoria, nos quieran sacar del país.

 

Despertemos, este escrito es para obligarte a pensar. ¡PIENSA!