Consteladas remembranzas de Nancy Santiago Capetillo

Crítica literaria
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La ensayista y poeta Aurea María Sotomayor ha señalado en su texto “ Lienzo para coser y descoser: poetas puertorriqueñas de hoy” que escribir en Puerto Rico  o desde el hecho de haber nacido aquí, y añado, desde sus diásporas, “no es tarea fácil” debido al colonialismo.  Por eso asombra la gran cantidad de mujeres que han logrado una gran producción poética. La poesía contemporánea puertorriqueña escrita por Etnairis Ribera, Liliana Ramos Collado, Angela María Dávila, Vanessa Droz, Magali Quiñones, Aura María Sotomayor,Mayrim Cruz Bernal, Kattia Chico, Karen Sevilla, Irizelma Robles, Nicole Cecilia Delgado, y Rosa Vanessa Otero, entre otras, a veces es críptica o hermética; en ocasiones coloquial o conversacional, práctica que tomó auge gracias al poeta nicaragüense Ernesto Cardenal y al chileno Oscar Hahn. A veces amalgama ambos estilos o prácticas escriturarias enhebrando el lenguaje como lo hace la arqueóloga e historiadora Nancy Santiago Capetillo, la autora del libro que presentamos, Consteladas remembranzas publicado por Caballero editores este año. (2024)

Varios son los temas que aborda la autora en este texto: el amor y además sus dolores, la nostalgia, el deseo,  la muerte, y el encuentro con el amado, Dios mismo y la escritura al versar sobre la musa como metáfora de esta. El poeta mexicano Jaime Sabines ha escrito un poema sobre Dios que lee: Me encanta Dios. Es un viejo magnífico que no se toma en serio. A él le gusta jugar y juega, y a veces se le pasa la mano y nos rompe una pierna o nos aplasta definitivamente. Pero esto sucede porque es un poco cegatón y bastante torpe con las manos.  La poesía de Consteladas remembranzas de la autora alude a Dios al centrarse en el amor como tema que rige la obra y este parece  iluminar estos versos que a veces son eufóricos ante la pasión amorosa y que recuerdan al poema de la poeta nicaragüense Gioconda Belli, “Yo soy tu indómita gacela”, al hablar metáforicamente mediante un velado erotismo del otro cuerpo deseado y  de la nostalgia por él.

Recorrí tu cuerpo con mi pensamiento

Recordando sueños que jamás soñé,

Y vino a mi mente el solo momento

De fiebre absoluta tiritando fríos que no conocí.

Cuántas veces quise compartirte mi alma

En la niebla densa del encuentro aquel

Y recorrer bosques, valles y montañas

Con la brisa fresca de tu boca fiel.

 

Puede decirse que evocan al Cantar de los cantares(mi amado es como la mirra,  ungüento y leche  son tus pupilas) mediante el recorrido por bosques, valles y montañas como el amado que busca a la amada en el libro de Salomón en el mismo sitio en el que esta lo buscó. También lo evocan Luis Palés Matos en “Mulata Antilla” y Ángel Náter en “El Cantar de los cantares del amor oscuro”.

Algunos poemas de este libro aluden al amor perdidodel que nos cantó Pedro Flores. Tal vez, como dice el mexicano Sabines, Dios lanzó la mano jugando. Recordemos que Dios es lúdico, pero no tonto, y yo afirmo que tampoco es idiota. En el poema titulado “Realmente, no sé” expresa el dolor ante la pérdida del amado: “Extraño tu risa, tu pausado aliento/me faltan tus ojos, me falta tu amor/y un hueco insondable arropa mi vida/rodea mi alma, pero sin rencor”. El hablante lírico desea a su amante.

En los versos de la escritora Dios sigue siendo un sujeto poético como vemos en el fragmento del poema “Aposté a quererte”:

Aposté a quererte y gané la apuesta

Tras muchos desvelos y luchas internas

Enfrentando gentes, redes y quimeras,

Con un Dios que ampara y abre puertas.

“Dicen que Dios a veces se enfurece y hace terremotos, y manda tormentas, caudales de fuego, vientos desatados, aguas alevosas, castigos y desastres. Pero esto es mentira. Es la tierra que cambia -y se agita y crece- cuando Dios se aleja”, lee el poema de Sabines.

Santiago Capetillo presenta el amor en distintas fases: tanto la unión como la separación y por ello la nostalgia y añoranza de algunos poemas como Ya no siento la tristeza(28), Mi tintero esta repleto,“Realmente, no sé”. La alegría está igualmente en los poemas de Consteladas remembranzas recogidos en este libro que culmina con un diálogo con la escritura al dedicarle versos a su musa, a veces encontrada y a veces perdida, lo que hacen muchas narradoras  del siglo XXI como Ana María Fuster Lavin, Mayra Santos Febre, Marta Aponte Alsina, tal vez bajo el signo de Jacques Derrida.

La metáfora es uno de los recursos más empleados en este artefacto llamado poemario:

Soy saeta en el viento, cometa vagamundos,/Cuyos sueños me elevan a lugares profundos,/Mientras tú eres roca inamovible…” que alterna con expresiones claramente denotativas y conversacionales como lo hace en este diálogo con el mismo hablante lírico y con el amado en este texto en que prevalence el amor: “Mi amado es como la mirra. Ungüento y leche son sus pupilas” palabras del rey Salomón. Amor profano y amor sagrado: ¿cuál es la diferencia?