San Juan- La existencia hoy de cuatro aeropuertos estadounidenses con alto riesgo de recibir pasajeros de África infectados con el virus del Ébola y la situación en el estado de Texas motivó a las autoridades puertorriqueñas a activar los protocolos contra este mal.
Debido al elevado tráfico de pasajeros de Nueva York, Nueva Jersey, Chicago y la ciudad de Washington hacia Puerto Rico, las autoridades sanitarias locales habilitaron un área de aislamiento en la terminal internacional de Isla Verde, en el municipio de Carolina.
Las instalaciones aéreas de la nación norteña reciben vuelos directos procedentes del continente africano, lo que los convierte en vulnerables, según las autoridades aeronáuticas.
La ministra de Salud, Ana Ríus, explicó que esta isla del Caribe, un llamado Estado Libre Asociado a Estados Unidos, está preparada para cualquier eventualidad con algún pasajero que presente los síntomas de portar el virus en vuelos entre ambos países.
La funcionaria aseguró durante una audiencia pública de la Comisión de Salud de la Cámara de Representantes que están en orden los protocolos de prevención y de intervención con los pacientes que muestran los síntomas de chikungunya, dengue y ébola.
El director del Negociado de Aviación de la Autoridad de los Puertos, Rolando Padua, explicó que en la aeropuerto de Isla Verde se encuentra en nivel de alerta 1, tal como lo estableció el Centro para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC) de Atlanta.
Esto conlleva mantener el personal al día y contar con el equipo necesario para atender cualquier enfermedad infecciosa como el ébola.
Mientras, Ríus aseguró que la isla cuenta con 21 centros de cuarentena, con el propósito de atender el problema de forma inmediata, además de tener el personal adiestrado para atender cualquier circunstancia relacionada con el ébola.
El primer paciente de ébola diagnosticado en Estados Unidos, Thomas Eric Duncan, falleció ayer (8 de octubre) en el hospital de la ciudad Dallas, en Texas, donde permanecía aislado.
Duncan se contagió con el virus en su país, Liberia, pero se le manifestó en Texas, ciudad donde radican muchos puertorriqueños, principalmente docentes y enfermeras.
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