En 1965, 22 mil tropas norteamericanas invadieron Quisqueya

Política

Un 28 de abril, hace 49 años, unas 22 mil tropas norteamericanas invadieron la República Dominicana, supuestamente para proteger vidas norteamericanas y para evitar una “segunda Cuba” en el Caribe, en medio de una rebelión de jóvenes militares que querían el retorno del depuesto presidente Juan Bosch. La elección de Bosch en 1962 marcó una transición a la democracia para el país caribeño después de 31 años de la cruenta dictadura de Rafael Leónidas Trujillo, un militar a quien los norteamericanos subieron al poder y respaldaron a través de los años por ser un fiero oponente al comunismo, etiqueta de rigor para los dictadores que favorecieron a los Estados Unidos durante la Guerra Fría.

Trujillo fue asesinado en 1961, y después de un gobierno interino, Bosch fue electo en diciembre de 1962 y estableció un gobierno probo administrativamente en el que imperó la libertad política. Bosch, un intelectual cuya oposición a la dictadura lo había forzado al exilio, había prometido reformas sociales profundas. Pero en la era de la Guerra Fría y apenas cuatro años del triunfo de la Revolución Cubana, el gobierno norteamericano de John F. Kennedy tras bastidores permitió un golpe de Estado en septiembre de 1963, que llevó a Bosch de nuevo al exilio. En su lugar se colocó un gobierno provisional, encabezado por un triunvirato controlado por el ejército dominicano, cuyo alto mando repudiaba a Bosch y sus políticas liberales. El triunvirato, que luego pasó a manos civiles, entre otras afrentas, abolió la nueva Constitución redactada en la transición a la democracia. La Iglesia Católica también resentía abiertamente al gobierno de Bosch, especialmente porque la nueva Constitución incluía una sección que legalizaba el divorcio. Los años de este gobierno provisional se caracterizaron por una profunda corrupción y desasosiego en el pueblo dominicano.

A pesar de que el alto mando del ejército dominicano favoreció el derrocamiento, este cuerpo castrense se mostró dividido en 1965, cuando un grupo de militares más jóvenes se alzaron exigiendo el retorno de Bosch, quien se encontraba exiliado en Puerto Rico. Se formaron revueltas de grupos armados simpatizantes de Bosch. La embajada de los Estados Unidos le advirtió al presidente norteamericano, Lyndon B. Johnson, que la capital de Santo Domingo caería si no se intervenía con prontitud. Comunicó también que la revuelta había caído en manos marxistas simpatizantes con el presidente cubano Fidel Castro. Eso fue suficiente para que cuatro días después del levantamiento de los oficiales de ejército llegaran al suelo dominicano las tropas norteamericanas.

Al principio se anunció que el ataque armado solo buscaba garantizar la seguridad de ciudadanos norteamericanos que vivían en la República Dominica, pero pronto Johnson habló de detener el comunismo y evitar que hubiese “una segunda Cuba” en el Caribe. El Gobierno de Washington le entregó una lista a periodistas de presuntos comunistas que estaban detrás de la insurrección, pero pronto se determinó que la lista carecía de legitimidad. Esta incluía nombres de difuntos y personas que de ninguna manera se podían acusar de ser comunistas.

Se nombró otro gobierno provisional, pero grupos rebeldes controlaron gran parte de Santo Domingo hasta que en septiembre 1965 se estableció otro gobierno que duraría hasta que se celebrasen nuevas elecciones. En junio del año siguiente, por fin se celebraron comicios en los que Joaquín Balaguer, quien había sido la mano derecha de Trujillo, se proclamó ganador. Por años hubo un debate entre observadores de la República Dominicana sobre si la decisión de instalar un gobierno provisional hasta las elecciones de junio fue parte de un acuerdo libre o si fue dictado por los Estados Unidos. También se debatió por mucho tiempo si la elecciones del 1966 fueron libres. Documentos desclasificados en la década de los 1980 por el gobierno estadounidense muestran que el gobierno provisional se instaló por mandato de los norteamericanos y que la mano de los Estados Unidos también tocó esas elecciones.