Zoé Jiménez Corretjer: sobre una casa escrita en poesía

Crítica literaria
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“Somos la mano pequeña

que acaricia

aquella arquitectura que nos salva

la lista

el código

el poema

todas las canciones que juntamos

entre los signos que nos nombran

entre el tiempo que nos piensa

y enumera…”

Zoé Jiménez Corretjer


La casa escrita. Roca, nube, viento, luz, las manos del albañil y el amanecer definitivo. La casa erguida contra el tiempo, celeste y dueña de la eterna memoria. La casa del ayer y del futuro. La casa donde el color se deja lavar por los verbos en tránsito. Una casa, la casa de la voz, la casa de todos. Una huella que es historia, luego de que la poesía y su árbol de semillas resplandecieran. Después fueron llegando los huéspedes, uno, dos, trescientos, fueron poemas, fueron seres de poemas, sigue siendo un comienzo, nada se ha detenido.

Esa casa escrita late con los ancestros. Puede ser Juan Antonio Corretjer, en su primer poema escrito a la edad de 12 años, bajo el título Canto a Ciales canto febril a su pueblo que ya con ojos legítimos pudo ver una producción literaria de más de 50 años, una lucha en el alma por la liberación de Puerto Rico, una pausa de amor con Consuelo Lee Tapia, trincheras de luchas atadas en esas manos de amor, de esfuerzo, una cárcel por jurarse patriota, y esa hoz que cortaba el silencio, borincano en la luna, mensaje fulminante a los villanos.

Una casa solemne por estirpe. En ella Zoé Jiménez Corretjer, desde todas épocas. Poeta, catedrática, y timón de la editorial Casa de Los Poetas, nos va hablando de los primeros trazos, de las maquetas desnudas a recoger la voz y echarla al viento;

“Comencé a escribir sin darme cuenta a los 11 años. Fui una niña aventurera que no jugaba con muñecas y prefería trepar aleros, subirse a los árboles y colgarse como un mono patas arriba; los primeros poemas nacieron por casualidad, pues uno de mis entretenimientos favoritos era treparme en el árbol de mangó a “cantarme canciones”. Mi reto consistía en cantarme una canción diferente todos los días hasta que un día quise no olvidar una en particular y me bajé del árbol a buscar un papel para apuntarla y que no se me olvidara la letra... Después de jugar a las canciones en el árbol, dejé olvidado el papel en la cocina y fue cuando mis padres encontraron el poema. Yo no sabía que era un poema, ellos me lo explicaron todo. En mis comienzos, la poesía era el reconocimiento del mundo. Escribía motivada por el movimiento de las cosas que me rodeaban y le cantaba a todo. Puede decirse que fui una poeta casual cosmogónica desde mis comienzos. Mi papá se encargaba de darme a leer los libros que él enseñaba en sus cursos de literatura española e hispanoamericana y así fui conociendo sin prejuicios las grandes obras de la literatura. Cuando enfermaba, en vez de traerme cómics, me daban a leer libros.

Por tanto, no fue la lectura de la poesía la que me provocó a escribir poesía, sino mi propia experiencia lúdica, ese deseo egocentrista de quererme cantar... He aprendido a mantener al margen los modelos literarios de mi propia producción. He querido mantener mi voz, mi inocencia y mi deseo genuino de querer cantar como los pájaros. No obstante, admiro la obra de muchísimos poetas, entre ellos Vallejo, Neruda, Paz; Machado, Alberti, Cernuda y de nuestra tierra, Palés, Ribera Chevremont y Matos Paoli, entre otros”.

Como Paul Valery imantado en la poesía pura, Zoé nos habla de la esencia del poeta, su sendero depurado y de compromiso; “Siempre he pensado que el poeta cuando deja de ser casual y asume su papel en la historia, toma en serio su trabajo, teje y construye como un arquitecto de la palabra. También pienso que somos y respondemos a nuestro presente y que asumir la tarea de un poeta es asumir la trayectoria de una historia compartida. No podemos repetir, sino transformar. Y para esto hay que conocer la literatura. De nada vale volver a ser como un poeta que ya fue, o imitar las estrategias escriturales de otro si no conocemos y respondemos a nuestro presente histórico. Es una responsabilidad inmensa la del artista. Pues para poder aportar algo nuevo, se tiene que conocer lo anterior y emular sus fórmulas respondiendo a lo que somos como entes colectivos. Lo que veo de la poesía del siglo XXI es que está pasando por un proceso de transición. Creo que hubo grandes cambios en la literatura decimonónica y en la del XX y nosotros nos hemos quedado un poco en el medio, un poco pillados en el tiempo. Por otro lado me parece, que parte de la producción nueva ha dado un retroceso formal hacia una épica social, más que transformarse hacia la abstracción codificada de un ars poética. Pero supongo, eso debe ser consecuencia antropológica del presente en el que vivimos y de la materia que nos rodea. Quizás porque metaforizar es un proceso más difícil que el de narrar, es crear unas claves, hablar en otro idioma y con el mismo idioma, con un lenguaje preestablecido y transformar a partir de procesos neurolingüísticos, algunos subjetivos, otros conscientes, los procesos de la creación poética. También pienso que la poesía puede ser catártica, pero siempre debe tenerse en cuenta que se está haciendo arte, que no es una herramienta únicamente de expresión psicológica, sino que en esa necesidad o motivación del autor por escribir, debe siempre recordarse la función creadora, intencionada del artista”.

Pero, ¿sigue siendo la poesía urgente? ¿se puede dar por cierto que la poesía lleva eco de cenicienta, frente a un nuevo mundo tecnológico, impersonal, o solo de figuras?

“Me preguntas sobre la urgencia de la poesía... Creo que esto va a la par con la necesidad íntima de cada artista de desear y necesitar expresar unas formas y unos temas. El arte siempre será necesario, no sé si urgente, pero sí necesario porque es algo intrínsecamente innato en el hombre. Es necesario para el que la crea y para el que la lee. Hay un efecto de reciprocidad síquica entre ambos, porque es parte del proceso de comunicación simbólica. El ser es un ser simbólico y por necesidad, siempre habrá constructos abstractos y simbólicos en sus procesos creativos. Como manifestación artística es otro modo de existir, somos el reflejo de lo que construimos.

En cuanto a si es o no la poesía “cenicienta” como has descrito, pienso que precisamente por ser el género que requiere de más intelecto en el lector para poder desentrañarla y descodificarla siempre será el menos popular. De ahí, que los que trabajamos en el mundo de la edición sabemos que es el género menos vendido. Es más fácil y más entretenido para la mayoría leer un relato y satisfacer los deseos fisgones de la vida que torturarse descifrando secretos y códigos lingüísticos”.

Su proceso creativo lleva un enunciado que sueña con la casa de las formas; “Mi proceso creativo es instintivo, pero filtrado por mis necesidades artísticas. He aprendido a manejar el instinto de escribir con el proceso de razonamiento de la creación. A veces, escribo motivada por comunicar una idea y lo hago de manera fría, otras veces, porque oigo en mi cabeza unas voces que tengo que plasmar para que se callen. En ese caso, es la única manera de aplacar los fantasmas de mi memoria. Para mí la poesía es canción y abstracción, es símbolo y proyección. El lenguaje, un espacio para la ensoñación, un desvarío de la memoria y de la psiqué humana. Creo en el lenguaje como algo tangible, y como una tangencia. Creo en el lenguaje como una arquitectura de luz, como imagen perceptiva y como un puente para el pasado. Creo en el lenguaje como una nave para los deseos y un filtro para la razón. Creo que el lenguaje es la expresión intrínseca de la mente humana; poética pura de la expresión y elixir de la materia”.

Casa de Los Poetas, es una respuesta a las nuevas tendencias y diversidades de nuestra Literatura Nacional con más de 27 títulos entre los que se encuentran Etnairis Rivera, Héctor Cruz López, Luis Francisco Cintrón, Ricardo Vega, Miguel Ángel Torres, Ana María Fuster Lavin, Ricardo Vega, Lourdes M. Collazo, Eduardo Bobrén Bisbal, Miguel Ángel Náter, entre otros destacados autores mantienen dos certámenes abiertos todo el año en las disciplinas de Poesía y Narrativa, de hecho este año sigue abierta la convocatoria al Premio Luis Lloréns Torres de Narrativa, otorgado al mejor libro de relatos. Se acercan nuevos títulos y con ello la invitación a que sometan sus manuscritos para evaluación a esta editorial, punto y lanza de la excelencia. Pueden visitar www.casadelospoetas.com conozca estos autores, sus propuestas, su voz. También pueden encontrar su librería virtual para compra de libros.

La casa ha sido abierta.

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