Puerto Rico construido desde un discurso pluralista: el movimiento sexodiverso y la lucha contra la homofobia (Segunda parte)

Justicia Social

Me miro en los ojos de Carlos Vázquez Cruz y se hace diáfano lo que hace unos minutos atrás conversaba con tanta reflexión y una pausa que otorgaba serenidad. “Las luchas se inscriben con las otras, no se inscriben solas”, había dicho el escritor puertorriqueño, autor de Dos centímetros de mar, entre otros. Y rescataba de esta manera las históricas gestas que ha emprendido la humanidad por reivindicar sus derechos, mientras afirmaba que el esfuerzo de la comunidad LGBTT para hacer valer el reclamo de lo que por ley connatural y jurídica le es propio “tiene una deuda impagable con las luchas feministas”.

Así, me preparé a escuchar lo que tenía que decir acerca de las formas sutiles en las que socioculturalmente perpetuamos el discrimen y los pasos concretos que nos encauzarían hacia la erradicación del mismo.

“Además de ser sutiles son desplazables, van cambiando con el tiempo, y a veces son reciclables”, afirmó Vázquez Cruz para proceder a dar el actual ejemplo de Conchita Wurst, el “álter ego” del cantante Tom Neuwirth, quien ganó recientemente el concurso de Eurovisión y a quien los medios de comunicación han nombrado como “la mujer barbuda”. “No es un concepto de identidad de género, es un concepto circense. A mi entender, es una forma de falta de respeto a la construcción de género de esta persona. El fenómeno mediático no está sirviendo para concienciar, no está cuestionando el concepto circense, ahí no está respetando su autodefinición”, puntualizó el narrador, considerando también que “nuestra manera de volcar prejuicios y reproducirlos sin querer es que caemos en la trampa de las etiquetas”.

Por su parte, el escritor de Mundo Cruel, Luis Negrón, y la autora de Violeta, Yolanda Arroyo Pizarro, coincidieron en que aún el discurso oficial dominante en los productos culturales es heteronormativo. “Hay una exclusión discreta de otras formas de manifestarse, de otras sexualidades. Yo pienso que esa ausencia no es casual”, señaló Negrón, quien considera que las expresiones culturales de la comunidad LGBTT siempre son estimadas, erróneamente, como afirmaciones dirigidas exclusivamente a los adultos y que no tienen cabida en el ámbito familiar. Asimismo, Arroyo Pizarro apuntó que “todavía tenemos una invisibilización en los espacios culturales”. La novelista reconoce que se requiere valentía para abordar los temas relacionados a la sexodiversidad porque le tememos al rechazo de los otros, aun aquellos que estamos conscientes de las bondades y la corrección de la pluralidad.

Como consecuencia, nuestra sociedad continúa manteniendo las maneras del prejuicio mediante la conservación de la homofobia. Tanto Arroyo Pizarro como Vázquez Cruz reafirmaron el valor de la educación como principio de tolerancia. “Es la misma fórmula para erradicar todo prejuicio, que es deshacerse de él. Esto implica aspectos metacognitivos. Se logra con exposición y educación”, expresó el autor de Asado a las doce, quien agregó que “tenemos que combatir todas las homofobias, incluso las internas”, ya que asegura que dentro de la comunidad LGBTT también se reproducen modos de discrimen, y apuntó la importancia de la absoluta separación entre Iglesia y Estado. “Yo soy creyente, yo creo en Dios. Ahora mismo el paso lento de la legislación a favor de la igualdad se lo dan las puertas abiertas a las iglesias, cuya coerción reprime la legitimación de nuestra participación ciudadana”.

A su vez, la cuentista, creadora de Ojos de luna, confirmó la necesidad de que la sexodiversidad se vea natural, sin el toque amarillista que se le concede. Igualmente, Negrón, también antólogo y reseñista, enunció la importancia de que los gestores culturales continúen su labor sin autocensurarse. “Hemos pasado el tiempo de metáforas y simbolismos, de claves”, sostuvo el escritor para exponer que actualmente hay una diversidad de actividades culturales, dirigidas claramente por la comunidad LGBTT, manteniendo una presencia fuerte de lo queer. Con respecto a su libro Mundo cruel, apuntaló que el humor en su literatura le ha permitido acercar su obra a personas que no pertenecen a la comunidad LGBTT, aun cuando en algún momento le pudieron decir que tendría una lectura limitada. Hay que reconocer aquí que Mundo cruel ha tenido una gran resonancia, disfrutando así del “crossover”.

Le pregunté a Arroyo Pizarro sobre la difusión marcada de lo queer en la actualidad. “No creo que se esté haciendo nada distinto, pero hay un nuevo balance de dignidad. Ahora es hacer por impactar, no hacer por hacer. Hay una nueva dignidad en el hecho de abrazarte al movimiento de los derechos del otro y la sexodiversidad”, dijo para aseverar que es un espejo, por lo que no hay un doble discurso entre su experiencia de vida y su literatura. “Mi lucha de derechos es la lucha de los derechos de los otros”.

Finalmente, Vázquez Cruz indicó que la comunidad LGBTT “siempre ha tenido un terreno fértil en las prácticas culturales. Parte de lo que hemos hecho es rescatar a esas personas que tuvieron que esconder su sexualidad”. Sobre esto, enfatizó en el libro Queer Ricans: Cultures and Sexualities in the Diaspora, de Larry La Fountain, que ha permitido que se reconozca a personas que han sido clave en la cultura queer.

El escritor de San Lorenzo acepta que su pueblo ha sido eje en su literatura. “San Lorenzo es la cuna de mis grandes mitologías y de mis peores trastornos, pero lo amo”, admitió Vázquez Cruz, mientras rememoraba a su vez que doce amigos suyos han sido asesinados por crímenes de odio. “Es un dolor que tiene que ser viral. Te lo trasplanto a través de la literatura”.

“Yo solo quiero decirles a los políticos puertorriqueños que cumplan con su encomienda de adelantar el País porque el pueblo está avanzando y si fallan ellos (los políticos), se van a quedar atrás”, culminó el poeta.

Hoy, que celebramos el Día internacional contra la homofobia y la transfobia debe reconocerse la labor de tantas personas que luchan por la igualdad de derechos. A estos escritores les agradezco la oportunidad de conocer su valentía, su arte. Gracias por su entrega universal. Qué no cese el empeño por un país pluralista y tolerante.

*La primera parte de esta columna fue una entrevista al director ejecutivo de la Comisión de Derechos Civiles de Puerto Rico, Ever Padilla-Ruiz. Para acceder a la misma, visita http://elpostantillano.com/justicia-social/10300-renia-fermaint-rosa.html.