Puerto Rico ante el reto de la soberanía alimentaria (Primera parte)

Justicia Social

Más de mil millones de personas hambrientas en el mundo es demasiado y aun cuando fuera una sola sería suficiente para motivar a comprometernos a erradicar la hambruna. Y si le digo que en nuestro país pudiera haber una crisis alimentaria latente, ¿cómo aportaría a su percepción sobre este asunto de interés mundial?

Y es que, indudablemente, la Isla tampoco es soberana en su producción de alimentos. Repasando solo algunos datos relevantes, Puerto Rico importa el 85 por ciento de los alimentos, haciéndonos vulnerables a factores externos que pondrían nuestro sistema alimentario en jaque como posibles fenómenos naturales, conflictos bélicos y hasta paralizaciones en los puertos desde los que recibimos la mayoría de los comestibles; la producción local únicamente alcanza del 10 al 15 por ciento, por lo que de interrumpirse el insumo externo, solo tendríamos comida disponible para dos semanas; tierras fértiles se utilizan para propósitos nocivos como la experimentación con transgénicos; la agricultura local impulsada por el Estado continúa basándose en el modelo industrial dependiente; y casi 4 millones de toneladas de residuos orgánicos compostables llegan a los vertederos mientras podrían estar utilizándose para eliminar la dependencia a fertilizantes sintéticos provenientes de Marruecos, Canadá y Medio Oriente.

Según el entrevistado, Ian Pagán Roig, agrónomo, más de 20 mil cuerdas de terreno, consideradas entre las mejores de la Isla, se utilizan para la siembra de la caña de azúcar destinada a la producción de ron que en nada aporta a nuestra soberanía alimentaria. Igualmente, señaló un informe del Dr. Vicente Chandler (1985) en el que se expone que toda la demanda nacional de viandas, ya sea yautía, yuca, batata y ñame, podría llevarse a cabo en sobre 8 mil cuerdas de terreno. No obstante, indicó Pagán Roig que actualmente cerca de 7 mil cuerdas de terrenos en el valle costanero están dedicadas a la experimentación con semillas genéticamente modificadas.

“Tenemos una nueva Secretaria de Agricultura (Dra. Myrna Comas Pagán) que fue una de las portavoces más fuertes en señalar la vulnerabilidad del sistema alimentario de Puerto Rico. Creó muchas expectativas en la comunidad agrícola en la Isla. Pero a un poco más de un año no han habido propuestas específicas para aumentar la producción agrícola”, aseveró el también agricultor, para indicar que proyectos como la siembra de arroz y café brindan una esperanza, aunque considera que no son las soluciones reales para lidiar adecuadamente con el asunto alimentario.

Así Pagán Roig apuntó, y citando informes como el de Oliver De Schutter para la Organización de las Naciones Unidas, que para lograr la soberanía alimentaria Puerto Rico debe moverse hacia la agroecología y un modelo sustentado en la justicia social, alimentos saludables, de excelente calidad, conforme a la protección del medio ambiente y a nuestra realidad social. “Muchas personas la confunden (a la agroecología) o la utilizan como sinónimo de agricultura orgánica, pero trasciende mucho más allá. Todo producto agroecológico es orgánico, pero no todo producto orgánico es agroecológico”, dijo. Agregó que “en general, la agroecología es una agricultura que se sustenta en el estudio del agrosistema, tratando de imitar los procesos que pasan en los ecosistemas naturales en el ecosistema agrícola”.

Como ejemplo de país con soberanía alimentaria, el miembro del Frente de Rescate Agrícola, mencionó a Cuba. De esta manera, explicó la transición por la que pasó dicha isla. “Cuba atravesó tempranamente por la crisis a la que el resto de los países van encaminados. Ellos dependían casi más del 80 por ciento de su comercio (insumo de alimentos) de la Unión Soviética; una relación bastante parecida entre Puerto Rico y Estados Unidos (...) Era una agricultura (de monocultivo principalmente de caña de azúcar) industrial altamente dependiente al caer ese comercio. Cuba posiblemente tenía la agricultura más industrializada en toda Latinoamérica para ese entonces y de un día para otro se quedaron sin comercio, sin insumo externo. Y la agricultura cayó prácticamente al piso y tuvieron que reconstruir su modelo agrícola desde cero”, detalló Pagán Roig y expresó que hoy en día el país se fundamenta en un modelo agroecológico, con énfasis en la agricultura urbana y el aprovechamiento de los recursos locales.

Alarmante el caso de los transgénicos en Puerto Rico

De acuerdo al agricultor, colaborador en la marcha contra Monsanto en la Isla, Puerto Rico constituye el segundo territorio con mayor experimentación transgénica en el mundo, luego de Hawaii, aun cuando dicha tecnología ha sido rechazada, restringida o prohibida mundialmente.

“Esto representa un impacto bastante serio sobre la agricultura del País”, aseveró, argumentando que las compañías de experimentación transgénica representan una competencia para la agricultura local en cuanto al acaparamientos de las tierras y en relación a los incentivos económicos.

Como dato, según Pagán Roig, aunque constitucionalmente ninguna corporación agrícola puede exceder los 500 acres de terrenos, Monsanto sobrepasa esta cantidad en terrenos de la Autoridad de Tierras, llegando a unos 1,500 acres de terrenos entre públicos y privados. Asimismo, hay una amenaza constante de contaminación genética. “Esta se acentúa ahora con la intención de Monsanto de experimentar con más de 25 nuevas variedades en Puerto Rico, que sí competirían más todavía con productos que cultivamos aquí comúnmente como el tomate, la calabaza, la habichuela y el pimiento”, confirmó.

“La Secretaria de Agricultura solicitó a los opositores de los transgénicos que le enseñaran la evidencia (sobre el perjuicio de esta tecnología) y asumimos el reto. Fue algo en lo que colaboré bastante, haciendo revisión de literatura que demuestra la amenaza y los riesgos de la tecnología transgénica y se lo entregamos. Al día de hoy, no hemos tenido reacción de la Secretaria de Agricultura cuando ella fue la que solicitó esa evidencia”, manifestó.

Acerca de la salud, la experimentación con tecnología desconocida para muchos y asociada al uso de agrotóxicos peligrosos nos coloca en un grave riesgo. Entre estas tecnologías a nivel comercial se encuentran las llamadas “roundup ready” (cultivos transgénicos diseñados para resistir la aplicación del herbicida) y el cultivo Bt (diseñado para producir su propio insecticida). Pero Monsanto también experimenta con otras tecnologías que no han sido aprobadas para uso comerical, de acuerdo a Pagán Roig. “Conocemos que está tratando de desarrollar cultivo “terminator” (cultivos cuya semilla no es viable) y suicida (cultivos diseñados para que dependan de la aplicación de un químico que vende la propia compañía)”. Claramente, esto con un obvio interés para monopolizar la agricultura y tener un lucro económico. El entrevistado apuntó que aún se desconoce si en Puerto Rico se esta experimentando con esto.

“Puerto Rico tiene el récord mundial de ser el primer lugar que presenta la resistencia de un insecto plaga a un cultivo transgénico, se volvió resistente al maíz Bt. Luego de ese caso, hay cinco plagas de importancia mundial que han generado resistencia a esa tecnología y la respuesta a eso es desarrollar otros transgénicos o hacer aplicaciones de pesticidas cada vez más fuertes o en dosis más altas”, manifestó y agregó que en la actualidad se habla de hacer un cultivo resistente al ingrediente activo del agente naranja.

¿Qué puede hacer usted?

Pagán Roig compartió el ejemplo de Rusia en el que la agricultura familiar y urbana (producida en los huertos caseros) produce el 40 por ciento de la producción agrícola. Es por ello que invita a que cultivemos parte de la alimentación que consumimos. “Muy fácilmente en nuestras casas podríamos producir de un 10 a un 30 por ciento de los alimentos que consume nuestra propia familia”, aseveró y, de la misma forma, estimuló a que participemos de los mercados agrícolas, comprando directamente a los agricultores del País.

La Isla marcha contra Monsanto

Hoy, sábado, Puerto Rico se une por segundo año consecutivo al reclamo mundial contra esta compañía de experimentación transgénica. Partiendo del parque Luis Muñoz Rivera a la 1 de la tarde, los participantes se dirigirán hacia el Capitolio donde se leerá un manifiesto. Posteriormente, los asistentes se reunirán en la Plaza de la Barandilla en el Viejo San Juan, donde habrán actividades educativas y artísticas. El domingo se celebrará el Día Nacional de las Brigadas Agroecológicas en el que las familias podrán visitar una de diez fincas alrededor de la Isla y ser parte de las labores.

Para información, acceda a la página en Facebook: Nada Santo Sobre Monsanto.

“Como consigna durante la marcha, apoyaremos el proyecto del Senado 524 que exige etiquetar los productos genéticamente modificados”, dijo para explicar que esto es una iniciativa tripartita y que ya fue a iniciales vistas públicas, aunque no han proseguido.

Luego de ocurrida la marcha, Pagán Roig aseguró que continuará la lucha por parte de las organizaciones que históricamente han dado la batalla por alcanzar nuestra soberanía alimentaria.

El Post Antillano estará solicitando próximamente la reacción sobre los temas que presenta este artículo a la secretaria del Departamento de Agricultura, Dra. Myrna Comas Pagán.