¿Golpe de estado suave en Puerto Rico?

Justicia Social

De forma un tanto inesperada, un exsubsecretario de comercio americano llamado Robert Shapiro, ha iniciado una campaña de descrédito a nivel de los EE.UU. contra el gobierno de Puerto Rico, y por ende contra los mejores intereses del pueblo boricua. Según Shapiro, la decisión del gobierno de la isla, de no honrar el devolver en calidad de reembolso al banco Doral, la cifra de $232 millones de dólares que el banco pagó en exceso durante los años 2000 a 2004, en calidad de tributos al estado, es bochornosa.

Dicho lo anterior, la situación a nivel de la “mirada” de los EE.UU. sobre Puerto Rico se ha puesto tan delicada, que el secretario del Departamento de Desarrollo Económico y Comercio del gobierno de Puerto Rico, Alberto Bacó, tuvo que reaccionar ayer arguyendo que lo expresado por Shapiro constituye un “chantaje” al país. El país se encuentra asediado a nivel internacional por la postura asumida por el señor Shapiro, la cual es subvencionada por Doral Bank, Corp.

Si fuera Venezuela, entenderíamos con mayor claridad lo que hoy analizamos. En dicho país caribeño y latinoamericano, se intentó desde el pasado febrero promover un tipo de golpe de estado, comandado por la prensa corporativa nacional e internacional como por las clases altas de dicho país, que alega que todo está mal, y que el gobierno es el responsable por lo cual se debe de ir el presidente Nicolás Maduro. Algo similar pasa hoy en Puerto Rico. Usando el extraordinario caso de Doral Bank, y la campaña contra el principal proveedor de luz eléctrica, podemos ver como se ha puesto en marcha un plan que aparenta ser un “golpe de estado suave”, es decir, la intención es forzar a la renuncia del gobernante de turno, Alejandro García Padilla.

A manera de ejemplo, a la campaña que el señor Shapiro tiene contra el gobierno de Puerto Rico, hay que sumarle el coro de voces y reacciones que ha generado en Puerto Rico la oposición y en particular la prensa corporativa, lo cual ha sido bien canalizado con un descontento generalizado en el país, en relación al alto costo de la luz eléctrica. En otras palabras, nos siguen diciendo que la luz eléctrica, su producción, es muy cara en el país, por el alto costo del petróleo que se utiliza para producirla, y por otro lado y no menos importante por la mala administración de fondos públicos que pasa en la corporación estatal de la Autoridad de Energía Eléctrica. A fin de cuentas, que producir electricidad es costoso, y peor aún son malos administradores. En torno a este asunto se ha creado una opinión pública que curiosamente nos lleva a todos a aliarnos con el sector corporativo privado en Puerto Rico, y a pensar que sus necesidades son también las del pueblo asalariado y trabajador.

No obstante, esa alianza inter-clases, se confunde aún más cuando los mismos sectores de prensa corporativo o mediáticos, han creado una falsa impresión de que el problema tiene un componente adicional que son los empleados y obreros unionados, que dado los convenios colectivos que han firmado, tienen beneficios laborales que afectan realmente la economía del gobierno y por ende del país. En otras palabras, el golpe de estado suave que viene ocurriendo es uno que promueve ampliamente la pérdida de derechos adquiridos como forma de garantizar el bienestar económico del país.

Comienza un interesante periodo donde los lectores tendrán que discernir en que campañas participan a favor o en contra de qué, y con cuidado cuando apoyan de forma plena a la prensa corporativa y a los grandes intereses en su accionar contra el gobierno. De nuestra parte es importante reiterar, como lo hicimos en la columna de ayer, cuando representantes de los grandes intereses problematicen la situación al punto que piensen distinto, en beneficio de todo el país, y en particular el pueblo, hombre y mujer, trabajadores, entonces uno debería de escuchar sin restricciones.

Mientras eso no pase, cuidado con la prensa corporativa y sus campañas contra los derechos adquiridos de las uniones y empleados; cuidado con las expresiones del presidente del Banco Popular, Richard Carrión, que promueve una reestructuración de las tasas contributivas a favor de las corporaciones; cuidado con la campaña de descrédito de Shapiro; y más que nada sepa que desde una mirada de clases, lo que es bueno para los grandes intereses, si usted no es parte de ellos, no es bueno para usted. Tome nota.

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