Derrota de líder Cámara EE. UU. trae mala noticias para los hispanos

Justicia Social

Eric Cantor era un político ambicioso y una estrella dentro del derechista Partido Republicano de los Estados Unidos. Pero no siempre atendía su distrito en el estado de Virginia adecuadamente. Así lo vio el electorado en una primaria de partido en la cual salió electo por once puntos, porcentuales, un favorito del Tea Party, Dave Brat.

El Tea Party parece ser un grupo amorfo dentro de los Estados Unidos, pero su presencia es real. A grandes rasgos, sus miembros están a favor de un gobierno irrazonablemente pequeño y respaldan una serie de causas tradicionalmente de la ultra derecha. El hombre que derrotó a Cantor, era un hombre completamente desconocido no solo en los Estados Unidos sino en su mismo estado de Virginia. Brat es un economista que enseña en una universidad poco conocida. Lo bonito es que su campaña apenas costó $100,000, una menudencia comparada con la de Cantor, quien fuera el líder de la mayoría en la Cámara de Representantes.

Dado lo difícil que es derrotar a un incumbente en los Estados Unidos, el que haya ganado un candidato no solo retante sino desconocido se puede catalogar como un triunfo para la democracia. Pero si tomamos en cuenta sus creencias, esta historia de Cinderela podría ser una pesadilla. ¿Adivinen cuál es uno de los de los componentes sobresalientes dentro de su plataforma? Si, lo acertó, es la reforma de inmigración, palabritas nefastas para los hispanos dentro de Norteamérica. Y dado el prejuicio existente en “the land of the free” el peligro que representa no es sólo para los que están en el país ilegalmente.

El influjo de latinos de México y América Central a través de la frontera del sur de los Estados Unidos es considerable, no hay duda. Pero la realidad es que la economía en el país del Tío Sam los absorbe adecuadamente. Ese argumento de que les están quitando los trabajos a norteamericanos “de pura cepa” es una mentira. En muchos casos, los inmigrantes ilegales hacen trabajo que nadie en la nación quiere hacer.

Últimamente la excandidata para vicepresidenta de los Estados Unidos, Sarah Palin, dijo que se inclina a dejar el Partido Republicano por el maltrato que reciben los hijos de inmigrantes que llegan a la frontera. Estos frecuentemente terminan en centros de detención, que existen desde el suroeste de la nación hasta el estado de Nueva York. Muchos de estos menores cruzan la frontera anhelando reunirse con sus padres y huyendo de la violencia al cual se enfrentan en sus respectivos países. La prensa nacional norteamericana solo recientemente ha comenzado a reportar sobre estos campos de detención. Si estos menores no tienen un adulto a quien se le pueda dar su custodia, son deportados. Muchas veces quiere decir que la familia entera es deportada. Se da el caso de que los menores que nacen dentro de los Estados Unidos tienen automáticamente la ciudadanía estadounidense. Entonces, la familia se divide cuando son deportados los padres.

En estos centros de detención se encuentran cientos de menores que aguardan una vista de deportación. En el mejor de los casos, tienen algún familiar que tiene por lo menos una tarjeta verde que le da derecho a permanecer en la nación. Muchos de los portavoces de la derecha hasta han hablado que hay que revocar las disposiciones legales que le otorga a todos los nacidos dentro del territorio norteamericano la ciudadanía. Dave Brat, el candidato del Tea Party, recientemente dio una presentación cerrada a la prensa. El motivo de este evento era para que sus constituyentes lo conociesen mejor. Candidatos del Tea Party son impulsados a través de la nación. Esperemos que el señor Brat, un economista, tenga algo de compasión y razonabilidad.


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