La nariz roja, esa que se inserta en la cara de cualquier persona, de inmediato la transforma. Por socialización y asociación cultural, decimos que la misma representa a un payaso. El resto es un complemento que nos ayuda a profundizar en el personaje y en su rol social. El payaso o la payasa existen para hacernos reir, nunca para hacernos llorar. ¿Y para un niño o una niña, de, apenas, cinco a ocho años, que significa esa nariz?
En los pasados días el Circo Nacional de Puerto Rico, una empresa de teatreros puertorriqueños que se dedica a improvisar, hacer actos de circos, payasadas y más que nada hacernos reír, nos deleitó con su última apuesta teatral, titulada Paiiazo. La misma se presentó ante casa llena, del 18 al 22 de junio, en el Teatro Francisco Arriví en Santurce.
En la misma un elenco de ocho artistas, vestidos de payasos, participaron en 12 actos, que gozan de una estructura mínima, siendo el resto producto de la espontaneidad entre los niños y niñas que asistieron al espectáculo, y la creatividad de los actores y actrices. No obstante, cada uno de los 12 actos, contiene una profundidad en su narrativa, de historias ya contadas, de música clásica o popular conocida, y más que nada la integración de mucha inventiva para deleitar al mundo de los pequeñines.
La obra plantea una interesante discusión entre ser un payaso y ser un paiiazo. Para Antonio Gaskin, el director artístico de El Circo Nacional de Puerto Rico, se trata de “una apropiación entre la creatividad y la libertad del artista”. Para este hombre de nariz roja, “existe una diferencia entre el payaso que en Puerto Rico se ha concentrado en seguir un libreto y festejar cumpleaños, y un clown, que promueve la interacción entre el mundo de los pequeñines y la creación espontánea”.
Rhett Lee García, productor del espectáculo y miembro de casa productora hermana del circo, Tranki, Inc., la apuesta del proyecto que los une, no es un asunto ligero. Según él se dejan llevar por el proyecto de teatro “Slava (showshow) group, el cual apuesta a la integración del público de forma continua en sus piezas teatrales”. Esto es el reto de El Circo Nacional de Puerto Rico, toda vez que en varios de los 12 actos que realizan en Paiiazo, permiten que todos los niños y niñas presentes se suban al escenario.
Luego de más de 220 presentaciones de El Circo Nacional de Puerto Rico en el 2013, dicha empresa de la creatividad, es fuente de empleo directo a más de 15 personas, quienes viven a tiempo completo de ser artistas creativos, y en particular payasos.
Para su productor, Rhett Lee García, se trata de una apuesta que ellos han hecho como “el circo del pueblo, que se apropia del concepto de lo nacional. La gente debe salir a la calle, ver actividades y hacerse parte de ellas. Por eso es nacional”.
Son jóvenes teatreros, algunos nacionales otros extranjeros residentes en Puerto Rico, que asumen el concepto de democracia participativa e interactiva de una forma contundente.Su éxito ha sido total, como lo demostró Paiiazo. Ahora salen de gira a presentar otra obra en cuatro ciudades de los EE.UU y Canadá, donde estarán trabajando por espacio de un mes. Luego en septiembre inician una gira por todo Puerto Rico presentando Paiiazo.
Enhorabuena para El Circo Nacional de Puerto Rico. Talento joven, comprometido con el quehacer cultural, las formas más democráticas de vida, y más que nada con una apuesta profunda por quedarse en Puerto Rico.
¡Adelante!
Fotografia: Emilio del Carril