El impuesto sobre las remesas y la venganza política del PPD

Justicia Social

La comunidad dominicana de Puerto Rico se alineó con el Partido Nuevo progresista en la elección especial para elegir al presidente municipal de dicha colectividad. Esa determinación política tiene un precio. Ayer el Senado de Puerto Rico le pasó la factura a la comunidad dominicana. Pues la participación de dicha comunidad en la contienda del PNP puso sobre el tapete la debilidad de la misma, su apoyo realmente no se convirtió en votos para ninguno de los dos candidatos a los cuales apostaron. El costo que tuvieron que pagar fue que se aprobara en el Senado de Puerto Rico el proyecto de la Cámara 1056 que impone un impuesto sobre las remesas o envíos de dinero que se hagan desde Puerto Rico.

En una reunión reciente sobre este tema personal de la oficina de uno de los Senadores del PPD había indicado que dicho proyecto no se preveía que fuere a ser aprobado. De hecho la Comisión de los derechos de los Inmigrantes del Colegio de Abogados y varias organizaciones de Derechos Humanos de la comunidad dominicana habían manifestado su oposición al proyecto. En una reciente publicación la abogada Sheila Vélez, pasada presidenta de la Comisión de los Derechos de los Inmigrantes del Colegio de Abogados había manifestado que dicha medida tenía un impacto serio sobre la situación económica de las mujeres inmigrantes. A pesar de que el Senado estaba al tanto del impacto negativo de dicha medida la misma fue aprobada.

A la luz de los hechos no hay otra forma de interpretar las acciones del Senado bajo el mando del Partido Popular Democrático. La comunidad dominicana está pagando el precio de su error político. Al prestarse, algunos líderes de dicha comunidad, a apoyar candidatos débiles en la elección especial del PNP mostraron a la luz del día la propia debilidad de dicha comunidad. El problema principal que confronta la comunidad dominicana es que la determinación estratégica realizada implica un acto parecido a la quema de las naves de Hernán Cortés. Apoyar a Miguel Romero y a Arango constituyó la quema de las naves y ahora el liderato dominicano, que ha mostrado su debilidad, le ha dado libertad al PPD para actuar como si no existieran.

El PPD se ha jugado una carta localista con la aprobación del impuesto sobre las remesas. Ya no le temen a la existencia de una comunidad que según palabras de allegados al Senado de Puerto Rico son amigos de ellos. Esa amistad terminó ayer cuando el Senado aprobó el impuesto sobre las remesas. La pregunta que queda sobre la mesa es si la determinación estratégica del PPD de seguir sin la comunidad dominicana le puede funcionar aún para volver a ganar a San Juan. Ramón Luis Nieves, Carmen Yulín Cruz y José Nadal Power pagarán el precio si se han equivocado.

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