Envejecimiento poblacional: una modificación de vida

Voces Emergentes

El tiempo corre y el envejecimiento de la población va con el secundero.

Hace más de 10 años escuché a un analista decir que la droga y la muerte estaban acechando tanto a la juventud, que en unos años el país se convertiría en un asilo sin techo. En aquel momento, el problema se convirtió en una crítica a la situación criminal en la Isla; sin embargo, con el tiempo la situación requirió de un análisis más profundo. El envejecimiento de la población no es un problema insular y sus repercusiones son insospechadas.

Un informe de la Organización Mundial de la Salud reveló que se espera que entre el año 2000 y el 2050 la población mayor de 60 años aumente a 2 mil millones, lo que representa el 22% de la población mundial y las  personas mayores de 80 años alcanzarán los 400 millones. El mismo estudio indica que para para esa fecha se multiplicará por cuatro la cantidad de personas mayores de edad que no podrán valerse por sí mismas debido a sus condiciones de salud, físicas o mentales, mayormente, pero no de manera exclusiva, en los países desarrollados.

En el plano económico, la casa acreditadora Moody’s publicó recientemente un escrito sobre las repercusiones económicas del envejecimiento poblacional.  La agencia de calificación de crédito advirtió que “el ritmo de envejecimiento de algunos de estos países es más rápido que el de las economías desarrolladas”. Según Moody’s, el nivel de inversión, las tasas de ahorro y la merma en la tasa laboral serán los detonantes para afectar directamente la economía. Sin embargo, esto no es un asunto en lo que se deberá trabajar para resolver prospectivamente, sino que ya está ocurriendo.

Cuba, China, Irán, España, México… son sólo algunos países en los cuales el envejecimiento poblacional ha llamado la atención inmediata. Tanto los países desarrollados como los emergentes deben desarrollar política pública en dos vertientes principales: los proyectos de atención dirigida a la población mayor de edad y el desarrollo económico generacional.

En el desarrollo de proyectos, es imperativo diligenciar programas que propicien una mejor calidad de vida para que la población que va envejeciendo pueda ser productiva por más tiempo. Actualmente, el deterioro en la salud de la población es fundamental en el desarrollo de ciertos ámbitos económicos. A pesar que las enfermedades han jugado un papel clave en el despunte de ciertos sectores, no es menos cierto que las mismas son cada vez más incapacitantes.

Por otro lado, el desarrollo económico debe ir a la par con las expectativas generacionales. Es importante crear espacios para que la población de la tercera edad pueda invertir en salud, diversión y desarrollo personal. Hay que fomentar la sicología generacional que tenga el objetivo de ayudar a la población a aceptar el envejecimiento y les brinde herramientas para afrontar exitosamente el cambio de vida. Es urgente instruir a la población sobre la importancia del buen trato y el respeto a nuestros viejos para que su autoestima sea saludable y eso los ayude en su calidad de vida. . De igual modo, hay que promover la natalidad responsable y la educación de valores, para desarrollar generaciones con altas expectativas de crecimiento saludable y productivo.

De la misma manera, hay que ofrecerle apoyo a los cuidadores de la población de la tercera edad,  porque son éstos los pilares que, en muchas ocasiones, asumen la custodia de ellos sin tener las herramientas para hacerlo. En muchas ocasiones, estos familiares o, en muchos casos, amigos, sacrifican sus trabajos y sus responsabilidades para atender a los envejecientes que necesitan ayuda continua. En otras situaciones, son estos familiares quienes aportan grandes sumas de dinero para colaborar con la situación económica de los familiares de la tercera edad con el fin de cubrir los costos de sus centros de cuidado diurno, medicinas y otras necesidades. Estas personas también han sido olvidadas y el esfuerzo más allá de sus posibilidades acorta su productividad.

Por otro lado, los estilos de vida acelerados y de poca calidad están amenazando a la población joven. Las economías precarias están ahogando cada vez más a los trabajadores; la característica de urgencia que ha acaparado los estilos de vida diarios se ha convertido en el eje del movimiento social; la necesidad de generar ingresos para sobrevivir y el poco esparcimiento son causantes del agotamiento físico y mental; la obesidad y las condiciones de salud que atacan a la juventud por la falta de tiempo va en ascenso constante. A esto también hay que prestarle atención porque la tasa de mortandad está aumentando en la población joven por falta de condiciones de vida sanas y responsables.

El envejecimiento poblacional no es un asunto de atención exclusiva de los gobiernos; todos los componentes de la sociedad tienen responsabilidad con la población envejeciente porque todos vamos a llegar a ser viejos y cuando lleguemos, vamos a querer vivir la vida, no sobrevivir los pesares.