Ande. Échese un cubo por Lou Gehrig

Economia Solidaria

Vi la portada de un periódico de la capital que mostraba a tres figuras de la política de Puerto Rico, incluyendo al Gobernador Alejandro García Padilla recibiendo cubos de agua helada en la cabeza. Luego vi un video de Ricky Martin en el que el cantante “reta” a un sinnúmero de artistas a hacer lo propio, entre ellos Calle 13 y Juanes. Entonces Martin procede a echarse un cubo de agua fría a su tamaña cabeza, lo cual no asimila muy bien. Fue todo un “performance”.

Todo esto en nombre de incrementar el alerta y levantar fondos para la esclerosis lateral amiotrófica (ALS, por sus siglas en inglés), una enfermedad neurodegenerativa progresiva que eventualmente deja a sus víctimas paralizadas. Es una forma horrorosa de morir, pero con medicamentos se puede extender la vida de estos pacientes. La condición se conoce como el “Lou Gehrig’s Disease” tras su víctima más famosa, un toletero de los Yankees de Nueva York que fue una estrella de las Grandes Ligas de 1924 a 1939. Se retiró cuando comenzó a padecer de la enfermedad.

García Padilla aceptó el “Ice Bucket Challenge” en una estación de bomberos en el área metropolitana de Washington, D.C., donde entiendo estaba atendiendo funciones relacionadas a su cargo de gobernador. Bromeó, tal vez inapropiadamente, que lo hacía por los bomberos puertorriqueños “que están acá apagando fuegos”. La curiosa campaña la organizó el ALS Association para levantar la conciencia del público a la condición. La idea es que usted “rete” a personas que conoce a regarse agua helada en la cabeza. Esto presumiblemente conlleva filmar el acto “slapstick” con el celular, en lo que se conoce en el mundo tecnológico como un “selfie”. Si no acepta el reto tiene que enviarle $100 a la asociación. Lo preferible es que ambas cosas ocurran.

Se me ocurre que el lado Vaudeville o ridículo del acto de echarse un cubo de agua helada en la cabeza y filmarlo es una manera muy rara pero a la vez muy moderna de levantar fondos. ¿Y este momento de pura jocosidad no le quita seriedad a una campaña para levantar fondos para una horrible enfermedad? La respuesta es que tal vez, pero en el mundo mediático en que vivimos esta parece ser la mejor forma de levantar fondos. Mi intención no es ser moralista. Total este acto de comicidad sustituye lo que antes hubiese sido un “fundraiser” de gala para levantar fondos; a fin de cuentas, sabe Dios cuánto dinero le tocaba a la causa tras estos eventos. Los telemaratones parecen haber sido eclipsadas por pequeños eventos mediáticos en que personas famosas, o no, se retratan haciendo algo estrambótico. Es el momento efímero de fama del que hablaba el artista Andy Warhol. Todo, espero, por el bien común.

Piense usted en la campaña de cabecitas rapadas en la que distinta gente se rapaba el cuero cabelludo en un gesto para ayudar a las víctimas de cáncer. Presumo que junto con el pelado viene una donación. Se convierte en un “performance” el acto de donar para una causa. Pedir recato y anonimidad es inútil. Sencillamente, las cosas son así hoy en día. Mi miedo es que se pierda de vista la razón por la cual se somete el “performer” al acto cómico. En este caso, el acto incluye espasmos corporales y los gritos que acompañan el momento de contacto de la piel humana con el agua helada.

Por mi parte, soy de otra época, y además no me gusta sufrir. No me interesa filmarme cuando no estoy en mi mejor momento. Pero enviaré una modesta contribución (mis finanzas no me permiten una cuantiosa) al ALS Association.