El gobierno de Cuba, por vía de su vicecanciller Abelardo Moreno, presentó en el día de ayer un informe del efecto, en dicho país caribeño, de 52 años de bloqueo económico impuesto por el gobierno de los EE. UU. Según el vicecanciller Moreno, el efecto neto de dicha postura de Washington equivale a la pérdida de ingresos, económicos o materiales, a un nivel de $116 mil millones de dólares. Aunque parece una cifra manejable, a efectos de la economía global actual, lo cierto es que se trata de un problema cuya consecuencia real es la pérdida de oportunidades de vida para el pueblo cubano. Todo esto a razón de una visión ideológica de los EE. UU. que ha impuesto esta acción civil y también militar.
El bloqueo, establecido desde 1962, equivale a que los EE. UU., que es el vecino más cercano de Cuba, impide el libre trasiego de bienes comerciales entre ambos países. Es decir, los bienes cubanos no se venden en los EE. UU. y los bienes del coloso del norte no se venden en Cuba, salvo que exista alguna dispensa en particular. En principio esta fue la lógica que gobernó dicho relación política hasta el 1992. En dicho año se legisló en los EE. UU. la ley Torricelli (1992) que impuso que el bloqueo tendría consecuencias extraterritoriales. En otras palabras, si usted comercia con Cuba, EE. UU. podría acusarlo en su jurisdicción, pese a que hizo el negocio por vía de un tercer país.
Luego de la ley Torricelli se aprobó la ley Helms Burton (1996), la cual se hizo para aplicarse a ciudadanos no estadounidenses, los cuales realicen relaciones comerciales con Cuba y luego entren a la jurisdicción de los EE. UU. Se trata de una ley nefasta que se le ha aplicado en los pasados 18 años a todos los extranjeros que comercian con Cuba y luego van a los EE. UU. Esta ley también prohíbe el libre tráfico entre los EE. UU. y Cuba de sus ciudadanos.
De igual forma que Cuba hizo la denuncia ayer, presentó un proyecto de resolución para que la Asamblea General de la Organización de las Naciones Unidas atienda este injusto proceder de los EE. UU. El proyecto será ventilado el próximo 28 de octubre ante la Asamblea General.
Sea lo que sea, los hermanos y las hermanas cubanas sufren por la imposibilidad de tener acceso a bienes materiales y culturales que fácilmente los cubanos podrían adquirir en los EE. UU. La consecuencia política es el empobrecimiento de Cuba y la represión que desata el gobierno de los EE. UU. contra toda persona, ciudadano o extranjero, que desee tener unas relaciones normales con dicha isla caribeña. Como bien indicó el vicecanciller Moreno, “el bloqueo ha empeorado en los pasados 20 años”.
Exijamos el cese inmediato de este injusto trato político contra Cuba por parte de los EE. UU. que tiene consecuencias económicas y sociales.
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